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Bacterias que se alimentan a base de energía nuclear podrían dar pistas sobre la vida en el espacio

La mayoría de las formas de vida en la Tierra se alimentan, de una u otra forma, de la energía del Sol. Sin embargo hay una bacteria extremófila llamada Desulforudis audaxviator que vive en la completa oscuridad y lo hace de la fuente más inesperada: la energía nuclear.

De acuerdo a los investigadores del Laboratorio de Luz Sincrotrón de Brasil y la Universidad de São Paulo, esta bacteria (que vive a 2.8 kilómetros bajo tierra en temperaturas de 60° C, completa oscuridad sin oxígeno, compuestos orgánicos), es un excelente modelo para estudiar la posibilidad de vida extraterrestre, especialmente en Europa, la luna de Jupiter.

“Estudiamos los posibles efectos de una fuente de energía biológicamente utilizable en Europa basada en información obtenida de un entorno análogo en la Tierra”, dijo a la agencia de noticias brasileña FAPESP, el investigador principal Douglas Galante cuyo trabajo ha sido publicado en Nature.

Anteriormente, la NASA había propuesto que Europa podría tener respiraderos hidrotermales parecidos a la Tierra: agujeros en el fondo del mar que arrojan calor, alrededor de los cuales la vida se agrupa lejos de la luz solar. Pero esas formas de vida alrededor de los respiraderos hidrotermales todavía usan oxígeno en el agua, producido por organismos más cercanos a la superficie.

Sin embargo la Desulforudis audaxviator va un paso más allá. Descubierta en 2008, fue la única bacteria encontrada en muestras de aguas subterráneas en la mina de oro Mponeng en Sudáfrica, donde ha vivido durante millones de años. Estaba totalmente sola en su ecosistema, ni siquiera se alimenta de ninguna otra especie.

“Esta mina subterránea muy profunda tiene agua que se filtra a través de grietas que contienen uranio radiactivo”, explicó Galante. “El uranio descompone las moléculas de agua para producir radicales libres. Estos atacan las rocas circundantes, especialmente la pirita, produciendo sulfato. Las bacterias usan el sulfato para sintetizar ATP [trifosfato de adenosina], el nucleótido responsable del almacenamiento de energía en las células. Esta es la primera vez que se ha encontrado que un ecosistema sobrevive directamente sobre la base de la energía nuclear”.

En su documento, el equipo determinó que las condiciones bajo las cuales Desulforudis audaxviator ha prosperado durante tanto tiempo también podrían encontrarse en Europa, la luna de Jupiter que parece estar llena de agua.

Según NASA, se necesitan tres ingredientes para hacer que Europa sea habitable. El agua, ya mencionada; calor; y los químicos necesarios para alimentar la vida. Aunque está lejos del Sol, es muy posible que haya calor en los océanos de Europa. Esto se debe a que su órbita alrededor de Júpiter es elíptica, lo que significa que las fuerzas de marea que actúan sobre ella son más fuertes en ciertos puntos de la órbita generando fricción interna y, por consiguiente, calor.

La química es la parte más difícil de confirmar, ya que actualmente no tenemos un medio para tomar muestras de las aguas de Europa. Pero, según la presencia de materiales radiactivos en el Sistema Solar, es posible que también existan en Europa.

“Su presencia (de materiales radioactivos) había sido detectada y medida en la Tierra, en los meteoritos que llegan a la Tierra y en Marte. Así que podemos decir con cierta certeza que esto también debe haber ocurrido en Europa”, dijo Galante. “En nuestro estudio, trabajamos con tres elementos: uranio, torio y potasio, el más abundante en el contexto terrestre. Según los porcentajes encontrados en la Tierra, en los meteoritos y en Marte, podemos predecir las cantidades que probablemente existan en Europa”.

Los científicos brasileros pudieron demostrar que los materiales radioactivos podrían existir en Europa en cantidades suficientes para sustentar la vida según lo que sabemos de Desulforudis audaxviator, siempre que haya suficiente pirita para producir el sulfato necesario.

“El lecho oceánico en Europa parece ofrecer condiciones muy similares a las que existían en la Tierra primitiva durante sus primeros mil millones de años. Por lo tanto, estudiar Europa hoy es, en cierto modo, como mirar atrás a nuestro propio planeta en el pasado”, dijo Galante. “Además del interés intrínseco de la habitabilidad de Europa y la existencia de actividad biológica allí, el estudio es también una puerta de entrada para entender el origen y la evolución de la vida en el Universo”.

Debido a la importancia astrobiológica de Europa, NASA ha construido un potente aparato que serviría para buscar vida en la luna joviana.

Fuente: nmas1.org