Baches que se arreglan con agua de lluvia, logro de un mexicano que patentó «asfalto» que se regenera solo
Si de baches se trata, en México y CDMX tenemos bastante de que hablar. De ahí que cobre tanta relevancia el proyecto de Antonio Briseño de la Universidad de Coahuila, que ha sido seleccionado por Dyson para concursar a nivel internacional y que consiste en asfalto que puede regenerarse al contacto con la lluvia.
No es la primera vez que la idea del asfalto auto regenerativo ronda en las oficinas de patentes fuera de México, pero esta sería la primera vez que el material puede recomponerse a partir de agua. Para Briseño, de Torreón, la idea tiene tanto futuro que ya se plantea buscar cobrar un 5% del costo total de la obra que utilice su fórmula.
Todavía no es usado en una carretera
El premio Dyson es dado por la fundación del mismo nombre, a tecnologías que sirvan como soluciones para problemas sociales y/o ecológicos. Briseño se inspiró en la idea de concreto que se puede regenerar con ayuda de bacterias y buscó cómo iniciar el procedimiento sin contar con bacterias en la ecuación. Cuando se dio cuenta de que podía hacer que una fórmula de caucho desprendiera de sí una masilla para llenar los orificios en asfalto fracturado, es cuando se dio cuenta de que tenía un potencial negocio entre manos.
Al contacto con el agua, el caucho crea silicatos de calcio, el componente esencial para la regeneración del asfalto. Pero en un principio, Briseño descartó utilizar caucho y consideró en su lugar ocupar asfalto puro mezclado con aditivos. Posteriormente descubrió que usar caucho sería mucho menos contaminante así que rehizo el proyecto y lo patentó bajo el nombre de Paflec.
Paflec sin embargo aún no ve la luz del día de forma oficial. Aunque la patente está lista, necesita la certificación ONNCCE en México, así como pasar las pruebas técnicas de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes. Si Briseño llega a ganar a nivel global el premio de la fundación Dyson, ganaría 730 mil pesos aproximadamente.
Mientras tanto Briseño dice que buscará un arquitecto que esté dispuesto a hacer una obra de pequeño tamaño para comprobar la eficacia de su fórmula. Sería «construir una vialidad o un pequeño tramo» y mientras tanto resolver las dudas que el ingeniero a cargo pueda tener.
Briseño ya se hizo acreedor al premio de ganador nacional, que asciende a 48,000 pesos. Los finalistas internacionales a anunciarse el 17 de octubre se harán acreedores a 120,000 pesos extra. El 14 de noviembre será anunciado el ganador internacional quien recibirá 730,000 pesos, además de un fondo para su educación universitaria.
En el mismo concurso participan ya un equipo de la Universidad Tecnológica Emiliano Zapata de Morelos que creó un sistema para reutilizar el agua luego de su uso en el lavado de manos; a´si como Rafael Riego que creó un aparato ortopédico similar a unas muletas elaborado con cartón.
Fuente: xatakaciencia.com