Astrónomos descubren que la miniluna que acompañará a la Tierra esconde un desconcertante secreto
Hace unos días, se unió al séquito celeste de la Tierra una pequeña miniluna, el asteroide 2024 PT5. Concretamente, el 29 de septiembre, este cuerpo celeste fue atraído por la fuerza de gravedad de la Tierra, por lo que desde ese momento y hasta el 25 de noviembre de este año nos estará acompañando como segundo satélite terrestre.
No es la primera vez que un asteroide es atrapado por la gravedad terrestre, y aunque probablemente sea un tema poco conocido, lo cierto es que es más común de lo que pensamos.
El año 2022, un equipo liderado por Raúl de la Fuente Marcos, de la Universidad Complutense de Madrid, identificó una miniluna, la cual fue bautizada como NX1 2022.
Este pequeño satélite orbitó a la Tierra durante algunas semanas, pero este equipo no solo ha identificado a NX1, sino que fueron ellos también quienes detectaron a 2024 PT5.
Así mismo, nos hablan acerca del impacto de este cuerpo celeste y explican un poco qué es lo que ocurre con él.
«Los espectros visibles de 2022 NX1 y 2024 PT5 son similares y consistentes con el de 2016 HO3, un cuasi-satélite de la Tierra que se cree procede de la Luna», explica el experto del Departamento de Física de la Tierra y Astrofísica (Ciencias Matemáticas) de la UCM.
«Por tanto, estos tres objetos sugieren que el material eyectado durante la formación de cráteres de impactos lunares relativamente recientes puede acabar en órbitas de tipo Arjuna y ser capturado más tarde de forma temporal como satélites de la propia Tierra».
Para este experto y su equipo de investigadores, la importancia de este hallazgo no es que se pueda considerar como una curiosidad en el campo de la mecánica celeste, sino en las implicaciones que tiene este evento.
Aunque esto también demuestra que los sondeos que buscan los objetos NEO son cada vez más eficientes. Ejemplo de ello es el asteroide 2024 PT5 el pasado 7 de agosto.
«Nosotros solo identificamos el objeto encontrado como un futuro (en unas semanas) satélite temporal de la Tierra».
«Por otra parte, no es un NEO cualquiera, pertenece a un subgrupo muy especial, el de aquellos que se mueven en órbitas en torno al Sol (heliocéntricas) con parámetros muy similares a los de la órbita de nuestro propio planeta, los Arjunas», añade de la Fuente. «El primer objeto de este tipo se descubrió en 1991, 1991 VG, y por ser el primero de su clase generó una cierta confusión inicial y algunos astrónomos llegaron a pensar que se trataba de una nave espacial alienígena que estaba observándonos»
Sin embargo, rápidamente se encontraron más objetos en órbitas parecidas, aclarando que se trata de apenas el inicio de una estructura que no se conocía anteriormente, y es lo que ahora conocemos como Cinturón de Asteroides.
Si bien los objetos tienen un tamaño bastante pequeño (10 metros en promedio) tienen una futura importancia.
«Cada nueva miniluna identificada es un posible objetivo para una misión robótica encaminada a recoger muestras para su posible retorno a la Tierra o análisis in situ, o incluso para ser objeto de minería espacial a la búsqueda de minerales de interés económico».
Esto significa que parte de los asteroides provenientes de este cinturón pueden tener origen lunar, por lo que la duda surge al querer analizar el material del que está compuesto este objeto.
Por lo que la opción es viajar hasta los asteroides y recoger las muestras, o en su caso, traerlas a la Tierra para su respectivo análisis. Y en el caso de 2024 PT5, se ha confirmado que los análisis obtenidos son compatibles con un origen lunar.
Fuente: ensedeciencia.com