Así es como el aspecto de tu rostro influye en que seas socialmente excluido
Uno de los efectos más habituales que suele generar la exclusión social en aquel que la sufre es la impotencia. Y es que, la mayoría de veces, se hace difícil encontrar las razones que le han llevado a dicha situación.
Quizá por ello un equipo de psicólogos de la Universidad de Basilea ha querido encontrar una explicación científica a este fenómeno. Y lo que han descubierto es que podría estar relacionado con el aspecto de nuestro rostro.
Para llevar a cabo el estudio, presentaron diferentes rostros masculinos que habían sido alterados mediante un método de manipulación facial a 480 participantes.
La transformación de estas caras se basó en hacerlas cálidas o frías y competentes o incompetentes. Los participantes observaron los retratos durante dos segundos para después decidir de forma espontánea cómo de aceptable era excluir a dicha persona de un grupo.
En todas las pruebas los participantes llegaron a la conclusión que era más justificable excluir socialmente a aquellas personas cuyos rostros parecían fríos e incompetentes. En cambio, la exclusión fue menos aceptada cuando se trataba de personas que parecían cálidas e incompetentes.
“Los participantes llegaron a la conclusión que era más justificable excluir socialmente a aquellas personas cuyos rostros parecían fríos e incompetentes”
Una posible respuesta a este criterio es que los cálidos e incompetentes son habitualmente percibidos como que están necesitados de protección y, por tanto, su exclusión sería una práctica cruel, apunta el investigador principal del Centro de Psicología Social en la Universidad de Basilea, el Dr. Selma Rudert.
Esto podría ser un problema, ya que no hay evidencias de que las características faciales y los rasgos de personalidad estén relacionados. Sin embargo, aunque sabemos que las apariencias engañan, casi siempre nos dejamos guiar por éstas.
“Nuestros resultados sugieren que la primera impresión de una persona puede también influir en los juicios morales que realmente requieren objetividad”, señala Rudert. Se trata de impresiones que influyen en cómo los demás se comportan ante una situación de exclusión social. Es decir, el apoyo o el rechazo de terceros a la persona afectada.
Fuente: Science Daily