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Un agente jubilado del FBI está investigando con técnicas modernas quién traicionó a la familia de Ana Frank

El 4 de agosto de 1944, la Gestapo sorprendió a la familia de Ana Frank en su escondite de Ámsterdam y los envió a distintos campos de concentración donde morirían todos excepto el padre. Otto Frank pasó décadas intentando averiguar quién informó a los nazis de su localización, pero nunca lo supo.

Ahora un agente jubilado del FBI está liderando su propia investigación para dilucidar si hubo informante y descubrir quién traicionó a la familia Frank y los otros cuatro judíos que se escondieron durante 25 meses en la buhardilla secreta del almacén Opekta. El exagente especial Vince Pankoke, de 59 años, cree que el uso de técnicas de criminología y ciencia forense moderna, que no estaban disponibles cuando la policía holandesa investigó el caso en 1948 y 1963, conducirá a nuevas pistas y nuevos resultados.

Pankoke y su equipo están analizando digitalmente millones de páginas de material escaneado en los archivos nacionales de Estados Unidos, los Países Bajos, Alemania e Israel. También han realizado un escaneo tridimensional del escondite de los Frank y están empleando modelos computacionales para determinar si pudieron ser escuchados desde el exterior.

Dos meses antes de ser capturada, Ana Frank escuchó un golpe en la pared. No podía estar segura de qué era, escribió en su diario, y eso la asustó. En otra ocasión, los escondidos se dieron cuenta de que alguien había montado una trampa en el almacén con papeles en las esquinas de las mesas que caían al suelo cuando uno pasaba por al lado. ¿Los habían descubierto?

Otto Frank siempre creyó que Willem van Maaren, el jefe de su almacén desde 1943, pudo darse cuenta de que había gente escondida y alertar a la policía. Van Maaren fue inculpado en las investigaciones d 1948 y 1963, pero nunca se logró probar su culpabilidad. Una teoría más reciente es que no hubo informante ni traición; estas investigaciones afirman que el descubrimiento del escondite fue casual, y que pudo ocurrir mientras los agentes de la SS investigaban delitos de empleo ilegal en el almacén.

El agente jubilado Vince Pankoke y su equipo esperan verificar las historias y conseguir nuevos avances gracias a la tecnología y sus técnicas modernas. Entre estas técnicas, la contabilidad forense, el trabajo colaborativo, la ciencia del comportamiento y la reconstrucción testimonial podrían arrojar luz sobre uno de los casos sin resolver más famosos de la historia.

Fuente: The New York Times