Con la ayuda de una radiación brillante de rayos X procedente de la fuente de luz PETRA III, del DESY (Sincrotrón Alemán de Electrones), unos científicos han resuelto un misterio que ha desconcertado a eruditos del arte durante décadas: un equipo liderado por Geert van der Snickt, de la Universidad de Amberes, en Bélgica, ha desentrañado la naturaleza de unas misteriosas manchitas blancas en el famoso cuadro “El grito”, del pintor noruego Edvard Munch. Al contrario de lo que algunos asumieron, las manchas no son deposiciones de pájaro. Al contrario, un examen a través de rayos X muestra que están hechas de cera, que goteó probablemente sobre la pintura desde una vela en el estudio de Munch.
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