La ‘transferencia adoptiva de linfocitos T’, también denominada ‘terapia con células anticancerígenas T o T CAR’, es un tipo de inmunoterapia experimental para el cáncer en la que se extraen linfocitos T del propio paciente, se cultivan en el laboratorio y, una vez alcanzan un número considerable, se vuelven a introducir –o según la terminología científica, ‘transferir adoptivamente’– en el enfermo para que combatan el tumor. Un tratamiento que ya permitido la curación en un ensayo clínico de un grupo de pacientes con linfoma no Hodking y que se presenta, cuando menos en teoría, como una alternativa muy eficaz a los tratamientos disponibles para combatir el cáncer. Pero hay un problema: el sistema inmune contiene infinidad de linfocitos T, y son muy pocos los que realmente combaten las enfermedades oncológicas. Entonces, ¿cómo identificar cuáles de estas células inmunes tienen actividad anticancerígena para que, así, pueden ser utilizadas en este tipo de inmunoterapia? Pues investigadores del Centro de Investigación Oncológica Fred Hutchinson en Seattle (E.U) parecen haber logrado un avance muy significativo en este sentido.
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