Las estrellas de baja masa, como el Sol, se forman a partir de fragmentos de grandes nubes de gas y polvo, que se condensan hasta que se forma un objeto central, o protoestrella, que crece absorbiendo gas de un disco a su alrededor y expulsa el material sobrante a través de dos chorros situados en los polos. Se desconocía, sin embargo, si las estrellas más masivas, que pueden alcanzar decenas de veces la masa del Sol, se forman a través de este mismo mecanismo. El estudio de un estallido detectado en la estrella masiva en formación NIRS 3, y publicado en la revista Nature, ha aportado la prueba más sólida de que, en efecto, todas las estrellas se forman igual.
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