Tras estudiar por más de diez años el papel que tienen algunos metales esenciales para el organismo, como el hierro, el cobre y el zinc, en el desarrollo de Alzheimer, Parkinson, diabetes tipo 2 y cataratas, la investigadora del Cinvestav, Liliana Quintanar Vera, fue galardonada con el Premio de Investigación 2017 que otorga la Academia Mexicana de Ciencias (AMC).
La especialista en neuroquímica explicó que las enfermedades neurodegenerativas tienen en común la formación de placas constituidas por proteínas cuya composición es diferente a la encontrada en un entorno fisiológico sano; dicha conformación les permite apilarse para formar agregados o fibras amiloides. “En la enfermedad de Parkinson la proteína alfa-sinucleína forma cuerpos de Lewy (fibras amiloides), mientras que en el caso del Alzheimer existe el péptido β-amiloide y la proteína tau”.
Agrega que el hierro, el cobre y el zinc coexisten en el cerebro, el problema es cuando se presenta un tráfico de metales desequilibrado durante la comunicación entre neuronas (sinapsis). Al haber cantidades menores o mayores de tales elementos metálicos, el cobre y el zinc interactúan con la proteína β-amiloide y forman placas, un proceso que resulta tóxico para el organismo.
Las interacciones metal-proteína son relevantes debido al intercambio de metales que se presenta en la sinapsis cerebral, en el lente cristalino que se ve afectado en quienes padecen cataratas y en el páncreas de las personas que desarrollan diabetes tipo 2.
“El hierro, el cobre y el zinc se obtienen de la dieta diaria y poseemos una serie de proteínas que controla su absorción y tráfico en el cuerpo. Pero es fundamental detectar cómo cambian los mecanismos de transporte de metales y de homeostasis (equilibrio) del control de entrada y salida de estos elementos, pues este proceso pudiera verse afectado a causa del envejecimiento”, detalló Quintanar Vera.
El grupo de Quintanar Vera trabaja en posibles soluciones para reestablecer dicho equilibrio u homeostasis. “La idea sería diseñar moléculas que quiten el metal a las proteínas que forman placas, lo que podría tener un potencial terapéutico en la medida en que evita la formación de agregados neurotóxicos”.
Otra de las metas de la investigadora es entender cómo el cobre coordina varias de las enfermedades degenerativas, por lo que a largo plazo proyecta el diseño de moléculas capaces de tratar ese tipo de padecimientos al resolver el desequilibrio de metales con el fin de evitar que interactúen de forma aberrante con las proteínas. (Agencia ID)