Se prevé que este año arribará un millón de toneladas de la macroalga al Caribe mexicano
Una mancha de sargazo de 550 kilómetros de diámetro se encuentra a casi mil kilómetros de distancia de las costas de Quintana Roo, pero debido a las corrientes dominantes y la dirección de los vientos del sur-sureste se contempla su arribo para la primera semana de julio.
La información es proporcionada por la red de monitoreo del sargazo que recaba información de 20 instituciones, entre ellas la NASA. La misma prevé que en 2019 llegarán a la zona entre 800 mil y un millón de toneladas de la macroalga, cantidad que quintuplica las 170 mil toneladas que llegaron en 2018.
El problema suscitado por la presencia del sargazo (Sargassum SP) el año pasado motivó el interés de empresarios del estado de Guanajuato, quienes a su diseño de un innovador zapato hecho de PET le incorporaron la macroalga para la elaboración de la suela.
El proceso de fabricación del calzado está patentado. Las pruebas de eficiencia y durabilidad fueron certificadas por el Centro de Innovación Aplicada en Tecnologías Competitivas (Ciatec), en León, Guanajuato.
Jorge Castro Ramos, CEO de la empresa fabricante Renovare, explicó que el diseño del producto llevó nueve años de investigación con materiales reciclables, pero que desde el año pasado se comenzó a trabajar con sargazo.
Para la producción de un zapato se necesitan cien gramos de sargazo para la suela y para la parte superior cinco botellas de plástico PET.
Mario López, socio innovador en la idea de la fabricación de zapato, explica que una vez recolectado el sargazo se limpia de arena y se deja secar. En seguida se tritura y se mezcla con termoplásticos para formar pellets (pequeños cilindros) que se agregan como carga inerte al material para la creación de la suela por un proceso de inyección.
El modelo denominado OVA es calzado ligero, resistente al agua y puede tener duración de uno a dos años. Cuando ya no se use se puede devolver a la empresa para su reutilización.
Actualmente el calzado se maquila en León, Guanajuato, por la empresa Renovare, aunque hay planes de abrir una fábrica en Quintana Roo en no menos de tres años, de acuerdo al crecimiento del mercado. Por lo pronto, el sargazo se seca, tritura y se embolsa en costales para trasladarlo a aquella ciudad.
Un porcentaje de las ventas de los zapatos se destinará a la limpieza de playas, así como para seguir investigando nuevas alternativas para el uso del sargazo. (Agencia ID/Noticyti)