Como todos los organismos vivos, las plantas requieren de nutrientes para su adecuado desarrollo. Sin embargo, dependiendo de las condiciones ambientales, aunque estén a su alcance no son aprovechados en todo su potencial.
Macronutrientes como nitrógeno, fósforo y potasio son aplicados como fertilizantes al suelo del cultivo, pero éste puede presentar ciertas características que impiden la absorción idónea. Por ejemplo, el terreno puede ser ácido o alcalino lo que propicia que los compuestos modifiquen sus propiedades impidiendo así que estos sean asimilados por las plantas.
Esta situación llevó a científicos mexicanos a desarrollar un sistema que libera fósforo en el suelo de manera más controlada asegurando el aprovechamiento por la planta a nivel agrícola, evitando contaminación de los mantos acuíferos y el deterioro de la calidad del suelo.
Como parte del proceso se crearon micro y nanocápsulas utilizando polímeros naturales que transportan de forma segura el fósforo y controlan su liberación de tal forma que el este macronutriente estará disponible para la planta de forma paulatina y durante periodos prolongados con base en los requerimientos de la misma.
La responsable técnica del proyecto es Claudia Anahí Pérez Torres, investigadora cátedras Conacyt comisionada al Instituto de Ecología (INECOL), quien explica que el sistema se centra principalmente en el fósforo porque es un nutriente básico para la fertilidad de la tierra y el crecimiento de los cultivos. “En concreto, es imprescindible para la fotosíntesis y otros procesos químico fisiológicos que requieren las plantas las cuales son fuente de alimento para la población”.
Sin embargo, las condiciones del suelo pueden obstaculizar su aprovechamiento. “Entre 80 y 90 por ciento de fósforo aplicado como fertilizante convencional es desperdiciado, pues este rápidamente se convierte en formas no asimilables para las plantas. Aplicar más dosis no sólo representa una pérdida económica para el productor, también es una fuente de contaminación del suelo”, detalla la doctora en biotecnología y genética de plantas por el Cinvestav Unidad Irapuato.
La doctora Pérez Torres refiere que las formulaciones de este grupo científico se diseñan de acuerdo a los requerimientos de fósforo de las plantas, pues algunas de éstas necesitarán más fosfatos al ser jóvenes y otra cantidad en su madurez, o a la inversa. De igual manera, poseen diferentes perfiles de liberación que pueden ser muy rápidos, (menos de 10 horas) o más prolongados de hasta 15 días. Es como un traje a la medida.
Es importante señalar que un nanómetro equivale a la millonésima parte de un metro, y que las cápsulas que contienen fósforo de este tamaño aseguran la permanencia del elemento al suelo para que actúe sobre la raíz de las plantas una vez que se da inicio la liberación controlada de dicho elemento.
“Las composiciones de fertilizantes encapsulados y sus métodos de obtención desarrollados están en proceso de patente. Si bien hay productos similares en el mundo, ninguno que emplea nanocápsulas utiliza los compuestos naturales como los nuestros, donde muchos de estos son producidos únicamente en México. El uso de estos compuestos naturales en las formulaciones desarrolladas les imparten características únicas a los fertilizantes encapsulados dándole una ventaja competitiva y diferenciada ante los demás productos en el mercado. Hemos tenido acercamiento con una empresa y seguimos abiertos a otros interesados”.
Es importante destacar que en este proyecto participa también el Centro de Química Aplicada, donde el doctor Carlos Espinoza González lideran esta innovadora investigación. Recientemente, el estudio participó en el programa del Nodo Binacional de Innovación-Región Norte (NoBI-Norte), en el cual se evaluó la viabilidad comercial de la tecnología desarrollada, concluyendo que los productos derivados de la misma cubren las necesidades del sector agrícola. Los nodos binacionales son una iniciativa del Conacyt en alianza con la National Science Foundation, de Estados Unidos. (Agencia ID)