Estudiantes del Instituto Tecnológico de Morelia (ITM) y de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo diseñaron una teja a base de unicel reciclado que es impermeabilizante, no se rompe fácilmente a diferencia de las que se elaboran de barro y es más ligera que éstas, además de que es aislante de ruido y mantiene una temperatura estable al interior de la vivienda.
Salvador Cruz Aguirre, Miriam Núñez Valdovinos, Lucía Rosales Jiménez, Israel Molina Velászquez, Jorge Alberto García Calderón, Saúl Ignacio Barragán y Morelia Madeline Leal Cervantes, de las carreras de las ingeniería eléctrica, en gestión empresarial, en materiales, electrónica y administración del Instituto Tecnológico de Morelia y de la Facultad Químico Farmacobiología de la Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo (UMSNH), dieron un nuevo uso al unicel de desecho al crear una teja que permite el reuso de trece kilos de este material por pieza.
La teja también contiene tereftalato de polietileno (PET por sus siglas en inglés) y unicel usado en el consumo de alimentos y en el empaque de electrodomésticos. y para su producción se utiliza un biodisolvente que evita emisiones contaminantes hacia la atmósfera
Una de sus ventajas es que, a diferencia de las tejas de barro, no se rompe fácilmente, lo que facilita su transportación e instalación, además de que la estructura que se necesita para montar un techo es menor y por tanto menos costosa.
Denominada Protej, esta teja es impermeabilizante, evita la filtración de agua y a diferencia de las tradicionales, no absorbe el agua, lo que produce que los techos sean más ligeros.
Dado que el unicel es un aislante térmico, que evita el paso del calor y del frío, mantiene estable la temperatura de la vivienda, tanto en temporada calurosa como de frío.
Además, su precio es comparable con el de las tejas de barro: actualmente en 250 pesos por metro cuadrado, pero la durabilidad de biofénix oscila entre los 20 y los 40 años lo que aunado a sus características mecánicas de no fragilidad permite al usuario que sea más rentable.
“Se tiene la idea de que el unicelles muy tóxico y que no se puede reciclar pero se trata de un material que por sus propiedades ya se utiliza en la industria de la construcción y que su reuso puede incidir en la generación de empleos”, explicaron los estudiantes.
Uno de los retos que actualmente se plantean estos jóvenes consiste en mejorar el diseño original con el objetivo de evitar problemas comunes en los tejados, como que las piezas se mueven por el granizo o la presencia de gatos y se producen goteras. Consideran la posibilidad de diseñar tejas planas o que cuenten con mecanismos para poder lograr más estabilidad.
Trabajan igualmente en los terminados, de modo que sean más estéticos y que la teja tenga dos diseños diferentes, uno de cada lado, de modo que el cliente pueda elegir entre ambos.
Esta innovación ganó el Premio Innovación a la Rentabilidad, otorgado por la asociación JA Michoacán y los estudiantes se preparan para participar en el Evento Nacional de Innovación Tecnológica, organizado por los Institutos Tecnológicos en el país.
Los estudiantes han iniciado actualmente el proceso de patente de esta innovación con el objetivo de proteger su autoría.
Cuentan actualmente con un proyecto de empresa en el que consideran la implementación de una garantía para los clientes, de modo que puedan cambiar las piezas dañadas e incluso obtengan una retribución económica por ellas.
Buscarán acercarse con algunas productoras de unicel con el objetivo de proponerles que inviertan en la producción de esta teja y con ello además de ganar dinero, eviten multas por daño al medio ambiente. (Agencia ID)