Incertidumbre de academias y organismos por la indefinición de la entidad gubernamental
Representantes de 25 academias y sociedades científicas mexicanas fueron recibidas por autoridades de Conacyt para entablar un diálogo enfocado al recorte en el respaldo financiero para las asociaciones por parte de la entidad gubernamental. Tras más de dos horas de conversación no hubo certeza de montos en los apoyos, lo cual creó mayor incertidumbre por parte de los representantes de la comunidad científica mexicana.
La reunión tuvo lugar el martes 19 de marzo, tras que en febrero pasado, la directora general de Conacyt, María Elena Álvarez-Buylla Roces, declaró que las sociedades científicas son entidades privadas, tal vez no lucrativas, que si bien realizan una función social muy importante, su compromiso sería sustentarse con las cuotas de los miembros.
Ante el desconcierto, inconformidades y anulación de eventos que hasta ahora habían sido transexenales, los representantes de academias y sociedades cientpificas fueron convocados para el pasado martes a una reunión en Conacyt, pero a la misma no acudió la doctora Álvarez-Buylla Roces.
“Ello genera una preocupación mayúscula porque no es así como nos hemos conducido”, declaró David Romero Camarena, vicepresidente de la Sociedad Mexicana de Bioquímica, y quien estuvo presente en la citada reunión.
Explicó en entrevista que las sociedades científicas mexicanas llevan a cabo actividades de orientación a la vocación científica, otras que tiene que ver con la apropiación social de la ciencia, además de la organización de eventos científicos.
“Conacyt solía apoyar a las tres actividades con convocatorias que siempre han sido abiertas y transparentes. La magnitud de los recursos siempre ha sido limitada para el uso de las sociedades, pero entendemos la circunstancia.
“Sin embargo, hay actividades que al volverlas autosustentables implicarían generar problemas para los más jóvenes de nuestras agrupaciones. Por ejemplo, elevar las cuotas para asistencia a un congreso causaría un efecto negativo para la asistencia de alumnos”, hizo notar el doctor Romero Camarena, quien es responsable del Programa de Ingeniería Genómica en el Centro de Ciencias Genómicas, en el Campus Morelos de la UNAM.
Al igual que la Sociedad Mexicana de Bioquímica, otras asociaciones científicas han expresado protestas al respecto, en particular a que el apoyo a la realización de eventos científicos debe proseguir.
“No queremos un favor especial. No queremos ninguna asignación directa. Queremos una convocatoria abierta para apoyo a las actividades y una asignación de dinero transparente. No hemos encontrado una puerta abierta para ello”, enfatizó el especialista en genética molecular.
En la reunión del 19 de marzo estuvieron presentes por parte de Conacyt Mario de Leo Winkler, director del Sistema Nacional de Investigadores, al igual que las titulares parte de vinculación y comunicación Concepción Ruiz Ruiz y Anahí Caldú Primo, respectivamente.
A decir de Romero Camarena, en la sesión con los funcionarios de Conacyt se trataron como temas centrales la apropiación social de la ciencia y las vocaciones científicas, para las que habrá convocatorias. No obstante, se desconoce si habrá una más por la organización de eventos científicos. “Ello nos permite sospechar que no es una prioridad en el Conacyt actual el apoyo a ese tipo de actividades.
“Para las que sí hay interés, los funcionarios tampoco saben los montos disponibles, lo cual también genera considerable preocupación por parte nuestra comunidad”, recalcó el doctor Romero Camarena.
Entre las actividades que tienen que ver con vocaciones científicas destacan las olimpiadas de la ciencia, mismas que ocurren en por lo menos ocho diferentes vertientes.
“Creemos que lo más sano que puede ocurrir es un diálogo abierto entre la doctora Álvarez Buylla con la comunidad científica que equivocadamente pretende regir”.
Finalmente, el investigador de la UNAM expresó que la situación actual de la ciencia en México es una de las más peligrosas que ha experimentado en los últimos 20 años. “Yo solía pensar que las crisis económicas eran lo más dañino para la ciencia, pero estos eventos de cambio irreflexivo, porque así lo califico, están amenazando mucho más el desarrollo de la ciencia que las propias crisis económicas.
“La ciencia no parece ser prioridad para este gobierno. La comunidad científica mexicana además de dedicarnos a nuestras actividades especiales en circunstancias dificultosas, también estamos dispuestos a defender lo que ha sido nuestra vida”. (Agencia ID/Noticyti)