César Gustavo Gómez Sierra, quien se desempeña como profesor del Instituto Politécnico Nacional, logró que su auto modelo 2002, que funcionaba con gasolina, pudiera marchar a partir de energía eléctrica obtenida de cualquier contacto de toma de corriente de 110 volts. El automóvil es utilizado por el académico para transportarse a una distancia de 25 kilómetros todos los días.
Para lograrlo, primeramente se tuvo que conocer el peso del vehículo para saber qué motor emplear, además de las distancias pensadas a recorrer para colocar ciertas baterías y cargador, así como para contemplar todos los sistemas auxiliares que harían funcionar el auto.
Una vez conocida dicha información, se procedió a “desmontar” el vehículo; se retiró el motor de gasolina y los componentes relacionados al mismo, como radiador, alternador, tubo de escape, silenciador, tanque de combustible, convertidor catalítico, además de conexiones eléctricas y computadora.
Posteriormente se sustituyeron las partes y se equipó el automóvil con un ocho baterías de litio de última generación que tienen un peso de 100 kilogramos, su cargador de 1500 watts con una entrada universal, así como un convertidor DC de 120 volts para generar 12 volts de energía. Además de un motor y controlador HPEV, un sistema de administración electrónica y un monitor LCD, entre otros accesorios.
El profesor de la ESIQUIE IPN explicó los resultados al concluir la conversión: “El automóvil puede manejarse como semiautomático, ya que puede arrancar en primera o segunda velocidad. Asimismo, en él se pueden transportar hasta cinco personas y no se disminuye el desempeño”, detalló.
Cabe señalar que la recarga de sus baterías se completa en tres o cuatro horas, según el porcentaje de las pilas y se puede llevar a cabo en cualquier contacto de toma de corriente de 110 volts o en las tomas autorizadas dentro de centros comerciales. Sin embargo, el automóvil también aprovecha la inercia generada durante la marcha para generar energía de carga a la batería mediante un freno regenerativo.
El docente añadió que el precio de la conversión ronda los 180 mil pesos; sin embargo es inferior al compararse con la adquisición de un auto eléctrico nuevo que cuesta entre tres o cuatro veces más: “Es una buena inversión porque las baterías que se utilizan tienen una vida útil aproximada de 1500 recargas al 60 por ciento, pero si se utiliza al 80 por ciento, se prolonga la durabilidad a 3 mil 500 ciclos de carga, lo cual equivale a diez años de vida útil”. (Agencia ID)