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Satélites detectan en su propio origen las plagas de langostas

Investigadores del Centro Aeroespacial Alemán (DLR) han desarrollado métodos para ayudar a detectar los temidos brotes de langostas lo antes posible y tomar medidas contra ellos.

En este sentido, las imágenes de observación de la Tierra obtenidas por satélites desempeñan un papel fundamental contra esta plaga capaz de destruir cultivos y pastos, y amenazar los medios de vida de las personas. Estas imágenes permiten detectar tempranamente parámetros ambientales que favorecen el surgimiento de los insectos.

“Ciertas condiciones son importantes para el desarrollo de las langostas”, explica en un comunicado Igor Klein, del Centro de Observación de la Tierra (EOC) del DLR. “Estos incluyen, por ejemplo, la temperatura, las precipitaciones y la humedad del suelo, pero también la densidad y el tipo de vegetación. Utilizando imágenes de observación de la Tierra podemos registrar estos parámetros y combinarlos de tal manera que podemos determinar con mucha precisión si un lugar presenta las condiciones ideales para las langostas”. Para ello, los investigadores del EOC utilizan diversos satélites, incluidos los del programa europeo de observación de la Tierra Copérnico.

A partir de estos datos, los investigadores del proyecto Locust-Tec determinaron en primer lugar las zonas en las que podrían proliferar la langosta italiana (Calliptamus italicus) y la langosta marroquí (Dociostaurus maroccanus). Sus hábitats potenciales van desde Europa hasta China.

Ambas especies de langosta se encuentran en Kazajstán y requieren seguimiento y control anuales. Por este motivo, entre otros, el proyecto Locust-Tec se centra en el país de Asia Central. “Sin embargo, una mayor investigación permitiría en principio aplicar nuestros hallazgos a otras especies de langostas”, afirma Igor Klein. “En general, las preferencias medioambientales de las enjambres de langostas ponen en peligro principalmente las tierras secas. Sin embargo, el cambio climático podría provocar que en el futuro otras zonas se vean amenazadas”.

Después de evaluar los datos satelitales, los participantes del proyecto determinaron dónde era necesario realizar más análisis. Luego operaron un dron sobre estas áreas. Su cámara multiespectral se utilizó para observar la región con mayor detalle de lo que es posible con el ojo humano. Por ejemplo, una pradera verde y sana se refleja intensamente en el rango del infrarrojo cercano. Si, por el contrario, la pradera está “estresada” porque las langostas han comenzado a atacar las briznas de hierba, se puede distinguir la vegetación sana de la dañada mediante observaciones infrarrojas. Esto se debe a que, si bien la pradera puede parecer igual al ojo humano, el contenido de clorofila ya ha comenzado a disminuir.

Los expertos in situ también registraron sus propias observaciones en una aplicación. Esto incluyó mediciones del tamaño de las áreas afectadas, las especies de langostas presentes y la etapa de desarrollo y el número de langostas por metro cuadrado. La aplicación, creada por los participantes del proyecto, facilita el trabajo de los expertos y puede transmitir los resultados directamente a los responsables de la toma de decisiones en formato digital. Esto reduce el tiempo necesario para iniciar contramedidas. Se advierte a las autoridades locales en una etapa relativamente temprana en la que la presencia de langostas podría convertirse en un brote.

Todos los datos adquiridos mediante la observación de la Tierra, los especialistas in situ a través de la aplicación y los estudios con drones convergen en un sistema de información geográfica (SIG) y se pueden representar en mapas. Gradualmente, los datos de series temporales revelarán cómo se complementan este seguimiento y el manejo de la langosta.

Fuente: europapress.es