Una libélula es el insecto que vuela más lejos

A pesar de su tamaño, la libélula Pantala flavescens efectúa vuelos transoceánicos simplemente con sus dos pares de alas, aprovechando las fuertes corrientes de aire e incluso los vientos huracanados, como ya se ha comprobado en la libélula Anax ephippiger, que migra desde África hasta las Antillas. Sin embargo, esta primera “podría ser la más extendida de todas las especies conocidas de libélulas”, según un artículo publicado el 2 de marzo en Plos One. “Con unas alas traseras de base amplia que les ayuda a planear, y que les permite recorrer distancias extraordinarias, P. flavescens realiza la migración más larga de entre todas las libélulas e insectos conocidos”, observan los investigadores, entre ellos Daniel Troast, de la Universidad Rutgers de Nueva Jersey. “Durante su documentada ruta de migración multigeneracional desde la India hasta el este de África y viceversa, enjambres de millones de P. flavescens pueden recorrer una distancia total que va desde los 14.000 kilómetros y que posiblemente supera los 18.000 kilómetros”, agregan.

Busca unas condiciones idóneas para su reproducción

Los dispositivos electrónicos de seguimiento son demasiado grandes para colocarlos en esta clase de insectos. Por eso se han recogido muestras de ADN mitocondrial de especímenes de todo el mundo. Y los hay en lugares tan distantes como América del Norte, América del Sur y Asia. “Esta es la primera vez que alguien analiza los genes para comprobar hasta dónde han viajado estos insectos”, declara Jessica Ware, de la Universidad Rutgers, según recoge dicha institución en un comunicado. “Si los ejemplares de Pantala de América del Norte sólo procreasen con los de América del Norte, y los de Japón sólo con los de Japón, entonces esperaríamos resultados genéticos diferentes entre unos y otros. Pero como no es así, esto sugiere una mezcla de genes en áreas geográficas extensas”, añade. Estos insectos buscan unas condiciones idóneas para su reproducción, sobre todo humedad, y eso es lo que les impulsa a emprender un viaje tan intrépido, en el que muchos ejemplares perecen a medio camino.

Fuente: National Geographic