La verdadera estrella de la muerte devora planetas

La estrella HIP 68468, parecida al Sol y distante de nosotros 300 años luz, está rodeada por dos planetas extrasolares que giran a su alrededor a una corta distancia.

Tras más de 3 mil 500 exoplanetas ya conocidos, eso no tendría nada de especial si no fuera por los indicios de que la estrella central ha devorado a uno o más de sus planetas. La prueba está en un contenido muy por encima de lo normal tanto de un elemento muy ligero, el litio, tal y como se constata espectroscópicamente, como de metales refractarios. Jorge Meléndez, de la Universidad de Sao Paulo, en Brasil, y sus colaboradores se han servido del espectrógrafo de precisión HARPS del telescopio de 3.6 metros del Observatorio Europeo Austral, en Chile. Han establecido así que HIP 68468 encierra un contenido en litio unas cuatro veces mayor que el de una estrella similar al Sol que tenga, como HIP 68468, una edad de unos seis mil millones de años.

De este dato y de la abundancia de elementos refractarios deducen los investigadores que HIP 68468 tiene que haber absorbido en su pasado uno o más planetas rocosos, con una masa en total unas seis veces la de la Tierra. El litio es inestable en las estrellas: las reacciones de fusión nuclear de su interior lo destruyen, así que esa elevada concentración ha de tener un origen exterior.

El grupo de Meléndez señala que las estrechas órbitas de los dos planetas conocidos de HIP 68468 es una indicación de que en ese sistema solar pudo haber habido grandes perturbaciones. A una distancia de 0,66 unidades astronómicas de la estrella, que viene a ser la distancia entre Venus y el Sol, gira un gigante gaseoso parecido a Neptuno, con una masa mínima unas 26 veces la de la Tierra; muy cerca de la estrella hay indicios de otro planeta, con unas 2.9 masas terrestres. Orbita alrededor de la estrella a 0.03 unidades astronómicas en solo 1.8 días; a causa de esa cercanía está sumamente caliente.

Con gran probabilidad, ambos planetas no se encuentran allí donde se formaron. Debieron de estar en otras épocas bastante más lejos de la estrella, con temperaturas mucho más bajas. Por allí debió de formarse al menos el planeta neptúnico. El sistema planetario de HIP 68468 ha debido de sufrir inestabilidades gravitatorias. Las interacciones mutuas de los planetas los empujaron más y más cerca de la estrella. Finalmente, el más interior o los más interiores de los planetas se precipitó o precipitaron en la estrella central mientras los otros dos mundos iban a parar a las estrechas órbitas que describen ahora. Después de que al menos un planeta fuese víctima de la «estrella de la muerte» cesaron las perturbaciones gravitatorias, y así esos dos planetas han sobrevivido hasta hoy, aunque el más cercano a la estrella podría acabar siendo devorado también.

Fuente: investigacionyciencia.es