Sundar Pichai destaca la cifra durante la última presentación de resultados financieros. La compañía ha crecido un 15% en ingresos en parte gracias a su negocio de infraestructura de red y el empuje de la inteligencia artificial
Google le debe mucho a la inteligencia artificial. En más de un sentido. Sus últimos resultados trimestrales han sorprendido a los analistas y han sido bien recibidos en Wall Street en parte por el rápido crecimiento de Google Cloud, su negocio de infraestructura de red y principal beneficiario del boom de la inteligencia artificial que vive el mundo de la tecnología.
Pero, tal vez más importante, la inteligencia artificial está transformando la propia forma de trabajar de los ingenieros de Google. En una conversación con analistas y prensa posterior a los resultados, Sundar Pichai, presidente de la compañía, reconoció que una parte importante del código informático que usan sus productos está generado ya por inteligencias artificiales generativas.
«Más de una cuarta parte de todo el código nuevo generado en Google ha sido creado mediante inteligencia artificial y luego revisado y aceptado por los ingenieros de la empresa», explica.
Aunque se suele hablar con frecuencia del efecto de las nuevas inteligencias artificiales generativas en dominios como las artes gráficas y el diseño, la programación es uno de los campos que más rápido se han transformado desde su llegada.
Herramientas como ChatGPT, Gemini o Llama han resultado ser bastante competentes a la hora de escribir y anotar código informático a partir de simples descripciones en lenguaje natural. Estos motores generativos no son infalibles, y a menudo generan código con errores que deben ser corregidos por un programador humano, pero ahorran una enorme cantidad de tiempo al crear en segundo muchas de las líneas de código básicas de un programa. Empresas como OpenAI, Anthropic o Meta crean a menudo modelos específicamente entrenados para estas tareas y capaces de escribir código en todo tipo de lenguajes.
La cifra, junto a los buenos resultados financieros, podría ayudar a romper la mala imagen que ha acompañado a las iniciativas de Google en el campo de la inteligencia artificial. A pesar de que las tecnologías que hacen posibles estas modernas herramientas de inteligencia artificial salieron de sus laboratorios, la percepción dominante es que Google está tardando en reaccionar a la llegada de servicios como el ya mencionado ChatGPT.
Estas inteligencias artificiales conversacionales también suponen una amenaza para el que por ahora es el negocio más lucrativo de Google, la publicidad en resultados de búsqueda pero si hay que jugar por los últimos tres meses, Google, de momento, puede respirar tranquila. Su división de servicios, donde se incluye el negocio de publicidad del buscador, creció un 13% con respecto al mismo periodo del año anterior.
Fuente: elmundo.es