Este fluido fue inventado por un ingeniero de la NASA con la intención de utilizarlo como un combustible que se pudiera trasladar por el espacio mediante magnetismo y aunque hasta la fecha esto no se ha conseguido sus propiedades han hecho que lo veamos en altavoces, amortiguadores y discos duros.
Ingenieros químicos de la Universidad de Boston estudian las posibilidades de utilizar ferrofluído para eliminar células cancerígenas, puesto que sus partículas son suficientemente pequeñas como para penetrar en estas células.
El tratamiento, por tanto, tendría la ventaja de atacar las células desde dentro y hacerlo por generación de calor al aplicar campos magnéticos.
Los estudios todavía se realizan en ratones, pero sería una aplicación sorprendente de un fluido ya de por sí asombroso.
Fuente: lasexta.com