Fernando Cucchietti, jefe de visualizaciones y data processing de Marenostrum IV (el superordenador más potente del sur de Europa), trabaja en la creación de lo que él llama un “mellizo virtual”, un “doppelganger”. Sería la traslación al mundo real gracias a la tecnología de un viejo mito, aquel que dice que todos nosotros tenemos un doble que nos acompaña. Un otro idéntico que habita nuestro mismo mundo y con el cual no deberíamos encontrarnos jamás puesto que sería sinónimo de muerte. El mito, que ha dado lugar a muchas replicas literarias (desde el célebre Doctor Jeckyll de Robert Louis Stevenson al hombre duplicado de José Saramago), es pervertido en la ida de Cucchietti en tanto su intención no es comunicar el cese de la vida, sino su prolongación. Porque lo que buscan en su equipo a través de la capacidad de cálculo del Marenostrum IV es la posibilidad de simular un cuerpo humano completo.
Instalado en el Barcelona Supercomputing Center – Centro Nacional de Supercomputación, el Marenostrum IV es el tercer superordenador más potente de Europa y el número trece del mundo. Desde su instalación el año pasado, dedica 11,1 Petaflops a la producción científica, es decir, que puede ejecutar 11.100 billones de operaciones por segundo. La cifra que escapa a nuestra comprensión por lo que representa, no es sin embargo suficiente para conseguir lo que Cucchietti y su equipo persiguen: “Hay algunos centros especializados en simular huesos de las piernas, otros en el corazón, otros en los riñones, algunos otros en el aparato respiratorio. El conjunto de todos los órganos y formar un cuerpo humano completo es algo que está más en el futuro. Probablemente estemos hablando de cinco o diez años, tal vez veinte hasta que todos los órganos no solo estén simulados independientemente bien, sino que además luego podamos incorporarlos y simularlos en conjunto”.
La complejidad de nuestro organismo y la precisión con la que funcionan en coordinación todos nuestros órganos, es lo que hace que sea tan difícil conseguir una simulación exacta. El objetivo final de este supersoftware es facilitar a los médicos una herramienta perfecta para saber, por ejemplo, cómo reacciona el cuerpo humano a un medicamento. Cada paciente es distinto y en el futuro deberíamos ser capaces de aportar un tratamiento completamente personalizado y a medida. Esto será posible gracias a nuestro doble virtual, ese “doppelganger” que nos ayudará según Cucchietti a convertirnos en “superhumano ayudados por la tecnología”.
Fuente: elpais.com