Las grandes velas reflectantes de la nave espacial LightSail-2 se desplegarán en aproximadamente una semana. En ese momento empezarán a captar luz solar y la usarán para impulsar la nave espacial.
La noticia: esta semana SpaceX lanzó con éxito su cohete Falcon Heavy desde el Centro Espacial Kennedy en Florida (EE. UU). Es la tercera misión de este cohete, que es el más grande del mundo. A bordo, llevaba 24 satélites del Departamento de Defensa de Estados Unidos y de otros clientes.
También portaba varios dispositivos nuevos para la NASA, entre los que destaca un reloj atómico del espacio profundo (un reloj de iones de mercurio ultra preciso miniaturizado), que permitiría a la nave navegar por sí misma sin depender de sistemas externos. También lleva los restos incinerados de 152 personas en nombre de la compañía de vuelos espaciales conmemorativos Celestis.
La hora de brillar: Lo más fascinante es que el cohete también lleva a bordo al satélite tipo cubesat LightSail-2. The Planetary Society lleva esperando una década para lanzar este prototipo de vela solar financiada mediante crowdfunding.
El objetivo que ascienda a unos 725 kilómetros sobre la Tierra y luego permanezca en órbita durante aproximadamente un año. Los ingenieros en tierra podrán dirigirlo ajustando el ángulo de las velas, como en un barco. Pero en vez de aprovechar el viento, la vela solar usará la energía de los fotones que lleguen a sus gigantescas velas de Mylar (poliéster químicamente estable). Las velas se desplegarán la próxima semana.
Propuestas por primera vez por el científico Carl Sagan en la década de 1970, durante mucho tiempo las velas solares solo han pertenecido al terreno de la ciencia-ficción, y han aparecido en las obras de los escritores Arthur C. Clarke y Julio Verne. Fueron propuestas como una posible tecnología para viajes interestelares, ya que, en teoría, podrían alcanzar velocidades increíbles a lo largo del tiempo.
El desafío: Los cohetes reutilizables son la base del modelo de negocios de SpaceX. Este lanzamiento representa la primera vez que el Departamento de Defensa de Estados Unidos ha permitido que su hardware se lance desde un cohete reutilizado.
A pesar de que los propulsores gemelos del Falcon Heavy aterrizaron intactos en Cabo Cañaveral, el propulsor central del cohete no pudo aterrizar, perdió su objetivo y se estrelló en el agua. Era la segunda vez que pasaba, y SpaceX ha advertido que, en esta ocasión, su retorno será particularmente desafiante porque el propulsor regresa a la plataforma a una velocidad muy alta.
Fuente: technologyreview.es