La cantidad de vehículos eléctricos en las carreteras en todo el mundo aumentó a un récord de 3.1 millones en 2017, pero se necesitan más investigaciones, políticas e incentivos para impulsar una mayor aceptación, según la Agencia Internacional de Energía (AIE).
El número de autos eléctricos —incluidos los vehículos con batería, los híbridos y los alimentados mediante células de combustible— aumentó en un 57% en comparación con 2016, sostiene la AIE en su informe, que destaca que China representa el 40% del parque total mundial el año pasado.
Según cifras de la Organización Mundial de Fabricante de Vehículos a Motor (OICA), las últimas cifras disponibles de vehículos en circulación en todo el mundo son de 2015, momento en el cual había 1.282,2 millones de unidades en todo el planeta.
La investigación y el desarrollo, el apoyo a las políticas, la inversión en infraestructura de carga y las mejoras de producción parece que están rebajando los costes de fabricación de las baterías, lo que conlleva una mayor adopción de estos modelos.
Sin embargo, las baterías aún son caras, por lo que se según la AIE se necesitarán incentivos financieros como descuentos, desgravaciones fiscales o exenciones para respaldar el despliegue del vehículo eléctrico.
Para el año 2030, la AIE estima que habrá 125 millones de vehículos eléctricos en las carreteras de todo el mundo, teniendo en cuenta las políticas existentes y las que ya se han anunciado. Esa cifra podría elevarse a los 220 millones si los incentivos son más ambiciosos para cumplir los objetivos climáticos globales y otros objetivos de sostenibilidad.
Costes medioambientales
La otra cara de la moneda son los costes medioambientales de este tipo de vehículos, a menudo minimizados por los entusiastas del coche eléctrico. Por ejemplo, el crecimiento de su fabricación elevará aún más la demanda de materiales, especialmente de cobalto y litio, que se utilizan en las baterías de iones de litio.
Se espera que la demanda de cobalto sea diez veces más alta que los niveles actuales para 2030 a 101 kilotoneladas métrica (kt) por año bajo las políticas actuales y podría ser hasta 25 veces más alta a 291 kt/año en función de los incentivos a esta industria, según estimaciones de la IEA. Por su parte, se prevé que la demanda de litio sea de 91 kt/año para el año 2030 en base a las políticas actuales y de 263 kt/año si se implementan políticas más ambiciosas.
Hasta ahora, el aumento del número de vehículos eléctricos en la carretera ha tenido un impacto limitado en la demanda de electricidad. En 2017, la demanda estimada de electricidad global de todos los vehículos eléctricos fue de 54 teravatios por hora, lo que equivale a un poco más que la demanda de energía media de Grecia.
A medida que la absorción de vehículos eléctricos sigue aumentando, aumentará la demanda de electricidad y afectará a las redes de transmisión y distribución, según el informe. Asimismo, las ciudades se librarán de muchas de las emisiones más contaminantes, pero dichas emisiones podrían trasladarse dramáticamente las centrales eléctricas si continúa la dependencia de combustibles fósiles para la generación de luz.
Fuente: publico.es