Científicos del experimento ALPHA del Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN) han tomado la medida más precisa de antimateria registrada hasta la fecha. El avance se ha conseguido con cerca de 15.000 átomos de antihidrógenos atrapados magnéticamente en un cilindro.
Uno de los retos a los que se enfrentan los físicos es explicar por qué la materia sobrevivió a la antimateria tras el Big Bang, cuando se supone que se deberían haber aniquilado mutuamente. Cualquier avance para comprender las propiedades de la antimateria, como el que ahora se ha conseguido en el Laboratorio Europeo de Física de Partículas (CERN, cerca de Ginebra), resulta de suma importancia para comprender mejor esta sustancia constituida de antipartículas.
Para entender este descumbrimiento, es enecsario explicar antes qué es la antimateria. En palabras sencillas, es algo así como un espejo de la materia: estña hecha de antipartículas que son idénticas a las que conocemos pero con una salvedad, su carga eléctrica es opuesta. Es decir: la antípartícula de un electrón (que tiene carga negativa) se llama positrón, pues es exactamente igual aun electrón pero con carga positiva.
Podría pensarse en la antimateria como un eco o reflejo de la materia que nosotros percibimos. Cada movimiento atómico, cada reacción de la materia que sueede, tiene un efecto opuesto pero igual en la antimateria.
Pero al ser tan extraña, conocerla con el mismo grado de detalle con el que conocemos la materia ha resultado una tarea titánica. Ahora, mediante técnicas espectroscópicas, la colaboración científica internacional ALPHA del CERN ha registrado la medición más precisa de antimateria. El estudio se publica esta semana en la revista Nature.
“Usando antihidrógenos, hemos demostrado que la antimateria se puede medir de forma similar a la materia, logrando la mejor y más precisa medida hecha hasta ahora sobre la antimateria», explica a Sinc Jeffrey Hangst, uno de los investigadores del proyecto y profesor de Física y Astronomía en la Universidad Aarhus de Dinamarca.
En la física, ciertas propiedades atómicas se logran al excitar átomos ‘normales’ con un láser y examinando luego cómo absorben o emiten luz. A ese proceso en el que el átomo emite o absrove luz (es decir, energía), se le conoce como «transiciones atómicas». Aunque la misma técnica se puede aplicar al estudio de los antiátomos, la antimateria es mucho más difícil de producir y atrapar, por lo que es más complicado determinar sus propiedades.
Ya en 2017, los científicos de Alpha habían identificado una transición, a la que llamaron 1S-2S. El experimento más reciente les permitió concluir que la frecuencia de oscilación de los antihidrógenos coincide con la frecuencia esperada para esta misma transición en su homólogo de la materia, el hidrógeno, con una precisión de dos partes en un billón. Es como si hubieran logrado.
Los autores estudiaron cerca de 15.000 átomos de antihidrógeno, atrapados magnéticamente en un volumen cilíndrico de 280 mm de largo y con un diámetro de 44 mm, durante 10 semanas.
Futuros retos de la antimateria
Entre los próximos retos para comprender mejor la antimateria, Hangst adelanta que estudiarán más transiciones de estado en los átomos de antihidrógeno. “Ya hemos observando algunas. Se podría usar la analogía de la luz, donde hay diferentes colores aunque no todo el espectro es visible”, compara el investigador.
Otro de los proyectos en los que el equipo se ha embarcado es analizar como la antimateria reacciona ante la gravedad, como comenta Hangst: “Queremos estudiar qué pasará cuando la dejemos caer. Para ello estamos construyendo una máquina que atrapará la antimateria y luego la soltará. Este experimento se llama Alpha G, por la ‘g’ de gravedad”.
De momento, la investigación presentada esta semana se encuadra dentro de la ciencia básica: “No pensamos en aplicaciones con nuestro trabajo, sino sobre la naturaleza del universo y como el espacio y el tiempo se comportan de una manera muy fundamental”, concluye el científico de ALPHA.
Fuente: SINC