Mientras compañías como Oculus o HTC con su Vibe apostaban por la realidad virtual, una nueva tecnología que no acaba de despegar a pesar de su gran potencial, Microsoft elegía otro camino con sus gafas HoloLens de realidad mixta. Es decir, la superposición de hologramas manipulables sobre la realidad física. Las aplicaciones de este enfoque, así como con realidad aumentada, están disfrutando de mucha mayor acogida en entornos profesionales, sobre todo en la medicina, donde permite asistir a cirujanos en operaciones no invasivas, o en entornos empresariales, donde se pueden realizar diagnósticos de la maquinaria y recibir asistencia en tiempo real con las manos libres. La construcción es otro de los terrenos donde ya se están ensayando nuevas funcionalidades de realidad mixta, también basadas en el hardware de HoloLens. En este caso, se trata de un software desarrollado por la empresa Fologram que busca facilitar la construcción de estructuras complejas como muros curvos. Porque, si bien la impresión 3D y la robotización han ido sustituyendo los sistemas manuales, todavía hay muchas tareas que están mucho mejor en manos humanas.
Supongamos que es preciso levantar un muro complejo, ya sea porque tiene una forma curvilínea o porque los ladrillos forman una estructura orgánica. Lo normal hasta ahora era que los operarios siguieran las instrucciones de un plano y luego fueran rectificando en caso de cometer errores. Pero imaginemos ahora que, mientras el obrero está trabajando, va equipado con unas gafas de realidad mixta que muestran de forma holográfica el lugar exacto donde tiene que ir cada ladrillo. A medida que se van colocando, el software proyecta las sucesivas modificaciones en los ángulos, lo que agiliza el proceso y minimiza errores. Esa es la sencilla, pero eficaz, innovación tecnológica de Fologram. Los resultados son elocuentes: dos albañiles necesitaron algo menos de siete horas para levantar un muro curvo que con métodos tradicionales habría requerido dos semanas y numerosas correcciones. Además, las gafas de realidad mixta equipadas con este software son una potente herramienta de formación para nuevos operarios, ya que los va guiando paso a paso en todo el proceso.
Por último, el proyecto tecnológico de esta empresa australiana va más allá de la interacción entre el entorno físico y el virtual, sino que también facilitará la comunicación hombre-máquina en el contexto de la industria 4.0 y el Internet de las Cosas. Así, en una obra con una impresora 3D se podría dar indicaciones acerca de las piezas requeridas, que se irían fabricando sobre el terreno, e incluso se podría construir sin planos previos, ya que el software iría calculando la distribución de las cargas.
En qué se diferencia la realidad mixta y la realidad aumentada
Si bien todo el mundo está familiarizado con el funcionamiento de la realidad virtual -un casco cerrado que nos aísla del entorno y crea un mundo enteramente digital-, existen diferencias más sutiles en lo tocante a la realidad aumentada (AR) y la realidad mixta (RM). La primera consiste fundamentalmente en proyectar hologramas sobre la realidad física, sin que estos interactúen con el entorno. El típico ejemplo de esta tecnología serían las pantallas con información superpuestas que el usuario ve en un espacio físico, tal como hacen las GoogleGlass. La realidad mixta, en cambio, combina la realidad virtual y aumentada para ampliar las posibilidades de interacción: permite introducir objetos virtuales en la realidad física (y a la inversa), así como manipularlos y que reaccionen como realidades físicas. Es decir, una silla representada en 3D desaparecería de la vista si se encuentra detrás de otro mueble. Si nos acercamos, podríamos levantarla y colocarla en otro lugar del salón. En última instancia, realidad virtual, aumentada y mixta irán confluyendo en dispositivos multifunción.
Fuente: imnovation-hub.com