Las naves espaciales la usan para medir las distancias. Los agricultores la utilizan para determinar qué campos necesitan fertilizantes. Los arqueólogos la usan para los mapas topográficos. Y, lo importante para Uber Technologies y para Waymo (la firma de vehículos autónomos de Alphabet), es que los coches autónomos utilizan la tecnología Lidar para navegar.
A medida que los fabricantes de automóviles y participantes en tecnología luchan por desarrollar vehículos autónomos, Lidar se ha convertido en una tecnología muy codiciada. Y ahora está en el centro de un conflicto que enfrenta a Waymo contra Uber, la joven empresa del transporte que está buscando crear su propio imperio de vehículos autónomos.
Waymo, el negocio de coches autónomos propiedad de la matriz de Google, Alphabet, acusó a Uber ante los tribunales el jueves de haberle robado sus diseños de Lidar. El ex ingeniero de Google Anthony Levandowski descargó 9,7 GB de archivos antes de irse a fundar una startup que posteriormente fue adquirida por Uber, dijo la empresa en el juicio.
“Haberse apropiado ilícitamente de esta tecnología es similar a haber robado la receta secreta de una compañía de bebidas”, dijo Waymo en un blog en Medium. “Creemos que estas acciones formaban parte de un plan concertado para robar los secretos comerciales y la propiedad intelectual de Waymo”.
“Tomamos en serio las acusaciones contra los empleados de Otto y Uber y analizaremos el tema con cuidado”, escribió la portavoz de Uber, Chelsea Kohler, en un correo electrónico.
Un vistazo a la tecnología que está en juego en Lidar –y el papel que desempeña en asistir a los automóviles a que se conduzcan por sí solos– ayuda a explicar por qué las empresas la consideran tan vital.
Lidar consiste en un sistema similar a un radar que usa láseres en lugar de ondas de radio para construir una imagen tridimensional del paisaje circundante. Debido a que los sistemas de navegación por satélite sólo son precisos a menos de 5 metros y se pueden confundir fácilmente ante edificios de gran altura y de vidrio, los vehículos autónomos requieren de una serie de sensores adicionales para posicionarse con precisión y percibir peatones, vehículos y otros objetos.
Waymo tiene su propio Lidar. Los especialistas en Lidar como Velodyne Lidar Inc. dicen que para dejar a los conductores completa y permanentemente fuera de la ecuación, la tecnología es esencial. La compañía con sede en Morgan Hill, California, cuenta entre sus clientes a Tesla, Uber, Google y automotrices tales como Ford y Volkswagen. Estas compañías utilizan Lidar para investigación y desarrollo de mapas. Entre los modelos que han salido a la calle, Tesla no utiliza Lidar, sino que despliega una combinación de cámaras de imagen, radares sonar y clásico para su sistema Autopilot, que permite una conducción limitada y autónoma.
Lidar comprende una serie de láseres rotativos apilados que disparan a diferentes ángulos. Cada capa se denomina canal, y está compuesta de dos rayos láser. La señal de cada canal crea una línea de contorno y, juntas, esas líneas generan una imagen tridimensional del entorno circundante. Esto significa que, cuantos más láseres haya en cada pila, mayor será la resolución. Velodyne, por ejemplo, fabrica productos con 16, 32 y 64 canales láser.
El principal obstáculo para que Lidar se convierta en una tecnología ampliamente adoptada en los automóviles producidos en masa es su costo. Una unidad de 64 canales de Velodyne puede costar, por ejemplo, más de US$50.000, mientras que la de 16 canales se vende por US$7.999. Y puesto que los coches pueden requerir varias unidades, el costo se vuelve prohibitivo. Velodyne y otros competidores, como Quanergy Systems Inc. están trabajando para reducir el precio.
Fuente: Bloomberg