Físicos de la ANU (Universidad Nacional de Australia) han desarrollado láseres microscópicos extremadamente potentes que son incluso más pequeños que la longitud de onda de la luz que producen.
Los llamados ‘nanoláseres’ tienen una gran variedad de usos médicos, quirúrgicos, industriales y militares, que abarcan desde la depilación hasta las impresoras láser y la vigilancia nocturna.
Según el investigador principal, el profesor Yuri Kivshar, los nanoláseres desarrollados por su equipo prometen ser incluso más potentes que los láseres existentes, lo que les permitirá ser útiles en dispositivos de menor escala.
«También se pueden integrar en un chip», dijo en un comunicado. «Por ejemplo, se pueden montar directamente en la punta de una fibra óptica para aligerar u operar en un punto particular dentro de un cuerpo humano.
«Esta tecnología utiliza luz láser en lugar de electrónica, un enfoque llamado fotónica. Es emocionante ver cómo esto se puede realizar en dispositivos prácticos cotidianos, como teléfonos móviles».
El equipo del profesor Kivshar utilizó un ingenioso truco para modificar los láseres convencionales, que tradicionalmente comprenden algún tipo de dispositivo de amplificación de luz colocado entre dos espejos. A medida que la luz rebota de un lado a otro entre los dos espejos, se vuelve cada vez más brillante.
En lugar de espejos, el equipo de investigación creó un dispositivo que funciona como auriculares con cancelación de ruido «de adentro hacia afuera» y que atrapa la energía y evita que se escape. La energía de la luz atrapada se acumula en un láser fuerte y bien formado. Este truco supera un conocido desafío de los nanoláseres: la fuga de energía.
Los investigadores dicen que la eficiencia del dispositivo era alta -sólo se requería una pequeña cantidad de energía para que el láser comenzara a brillar- con un umbral aproximadamente 50 veces más bajo que cualquier nanolaser y haz estrecho previamente reportados.
El profesor Kivshar dijo que el nuevo láser se basa en un descubrimiento de la mecánica cuántica realizado hace casi 100 años.
«Esta solución matemática fue publicada por Wigner y von Neumann en 1929, en un artículo que parecía muy extraño en ese momento; no se explicó durante muchos años», dijo el profesor Kivshar.
La investigación se informa en Nature Communications.
Fuente: europapress.es