Una de las escenas más paradójicas es la del náufrago que muere de sed… en una extensión infinita de agua marina. Por suerte, lograr desalar esas inmensas reservas de agua es posible ya desde hace muchos años. Sin embargo, el reto sigue siendo conseguirlo de manera barata y lo menos contaminante posible. Un grupo de jóvenes investigadores del Departamento de Energía del Politecnico di Torino en Italia acaba de poner su granito de arena para acercarnos más a esa realidad. Su solución se basa en la energía solar y en un dispositivo relativamente sencillo. Como muchas de las últimas innovaciones, se trata de una tecnología biomimética. En este caso con raíces, y nunca mejor dicho, en el mundo de las plantas.
Como es sabido, en el reino vegetal la absorción de la humedad se lleva a cabo por medio de las raíces, sin necesidad de sistemas mecánicos de bombeo. Muchas plantas, de hecho, son capaces de sobrevivir en terrenos salinos, filtrando la sal del medio, tal como sucede en los manglares que crecen sobre el agua. El nuevo dispositivo de desalación recurre a un material poroso de bajo coste que también prescinde de bombas de agua. Le basta con flotar encima del agua para ir absorbiéndola. A continuación, por medio de energía solar, se calienta el agua absorbida y se lleva a cabo un proceso de evaporación para purificarla. Además, el aparato cuenta con unas membranas que separan el agua dulce de la salada. Se trata, en términos de sus inventores, de una tecnología “pasiva” que, gracias a su sencillez mecánica y a la utilización de energía solar, no requiere apenas asistencia humana ni fuentes de energía exógenas.
El problema de los sistemas pasivos es que, hasta ahora, tenían una eficiencia energética muy escasa. Para salvar este obstáculo, en lugar de centrarse en maximizar la absorción de radiación solar, este proyecto tecnológico haoptado por optimizar la gestión de la energía solar termal disponible. Así, se han centrado en “reciclar” el calor sobrante en cada ciclo de evaporación. El resultado es una capacidad de generación de hasta veinte litros de agua diarios por metro cuadrado.
La tecnología que han creado es el fruto de dos años de trabajo y ensayos con prototipos de desalación en el mar de Liguria hasta encontrar el modelo óptimo. Ahora están en busca de socios industriales que les permitan escalar el proyecto y desarrollar modelos con mayor durabilidad. Sin duda, este invento tecnológico es una buena noticia especialmente para zonas costeras con dificultades de acceso al agua potable y sin recursos para instalar costosas plantas desaladoras. Además, el sistema podría ser un buen aliado en caso de situaciones de emergencia como un tsunami.
Jardines flotantes en el mar
La desalación no es ni mucho menos la única aplicación de este sistema. Al tratarse de plataformas flotantes, no sería descabellado darles un uso bastante distinto: la creación de cultivos en las zonas costeras. No cuesta imaginar extensiones de verduras que aprovechen el agua salada gracias a un sistema de raíces artificiales. Esto sería de especial interés en zonas desérticas que carecen de acceso al agua potable y de terrenos apropiados para el cultivo. Quién sabe si los tomates y las lechugas del futuro procederán del mar.
Fuente: imnovation-hub.com