El majestuoso monte Everest, que alguna vez fue un símbolo de la ambición humana, ahora enfrenta un enemigo silencioso y vergonzoso: la basura. Con cada expedición, la montaña queda marcada por desechos de escaladores, como cuerdas abandonadas, botellas de oxígeno vacías y otros desperdicios que se congelan en el tiempo, transformando el pico en “el basurero más alto del mundo”.
La empresa nepalí Airlift Technology comenzó a usar una flota de drones de carga pesada para reescribir la historia de limpieza en el Everest. Estos dispositivos, descritos por la empresa como la “única alternativa” al trabajo humano y los helicópteros, han demostrado ser vitales. En una sola temporada, ya han logrado transportar 300 kilogramos de basura, una hazaña que antes hubiera requerido el extenuante trabajo de decenas de personas.
El uso de esta tecnología no solo es un alivio para el medio ambiente, sino que también ofrece una promesa de seguridad para los valientes guías que arriesgan sus vidas en cada ascenso. Además de transportar la basura, los drones entregan suministros esenciales como oxígeno y equipo, evitando que los equipos de apoyo tengan que arriesgarse en las zonas más peligrosas de la montaña.
La batalla por la limpieza del Everest apenas comienza, pero con cada botella de plástico y cada kilogramo de desechos que se retiran, una nueva era amanece en el monte. La implementación de estos drones representa un cambio significativo en la lucha para preservar uno de los ecosistemas más importantes y frágiles del planeta.
Fuente: noticias24hrs.com