Nace una nueva era para la Inteligencia Artificial, en la cual el objetivo principal será desarrollar robots autónomos capaces de interactuar con el ser humano y con el entorno, en base a habilidades intelectuales propias de los organismos biológicos.
La nueva frontera en la investigación robótica y en Inteligencia Artificial, que promete tener un gran impacto en las próximas décadas, es la “humanización” de los robots. Se trata de crear máquinas capaces de interactuar como pares con los humanos, a partir de una nueva concepción que integra conocimientos de múltiples disciplinas. Un estudio de investigadores del Imperial College de Londres desarrolla las bases de esta nueva visión.
Según un comunicado, la denominada Inteligencia Artificial Física busca dotar de realismo a los desarrollos en robótica, concretando así un viejo sueño de la ciencia ficción y de muchos científicos: robots autónomos, que puedan interactuar libremente con el entorno y comunicarse naturalmente con los seres humanos, a partir de la integración entre lo mejor de la inteligencia biológica y la artificial. ¿Cómo es posible dar este próximo gran paso?
De acuerdo al trabado desarrollado por los científicos británicos, recientemente publicado en Nature Machine Intelligence, se requiere un cambio de paradigma en la formación de los nuevos especialistas. El equipo liderado por el profesor Mirko Kovac cree que la ciencia de los materiales, la ingeniería mecánica, la informática, la biología y la química deberían enseñarse como una disciplina combinada en los programas académicos dedicados a la Inteligencia Artificial.
A partir de esta formación transdisciplinaria, los nuevos científicos contarán con las herramientas necesarias para integrar las características de la inteligencia humana con la artificial, logrando desarrollar robots verdaderamente autónomos y capaces de colaborar con el ser humano en tareas diarias, asistencia en múltiples campos o actividades especialmente peligrosas o riesgosas.
Una verdadera proeza
En un artículo publicado en BBVA OpenMind, el científico informático Ramón López de Mántaras explicó que aunque el objetivo final de la Inteligencia Artificial es lograr que las máquinas desarrollen una “inteligencia de tipo general similar a la humana”, este propósito es sumamente complejo y requiere de esfuerzos conjuntos. En ese texto, Mántaras arriesgó que dicha proeza “es comparable a otros grandes objetivos científicos como explicar el origen de la vida, el origen del universo o conocer la estructura de la materia”.
En función de esto, los investigadores del Imperial College de Londres resaltaron que los científicos deben salir de la “zona de confort” que supone el dominio de una disciplina, para poder trabajar de manera articulada en desarrollos que integren la inteligencia humana con la artificial.
“El desarrollo de cuerpos de robots se ha retrasado significativamente con respecto a la creación de robots que son solamente cerebros. A diferencia de la IA digital, que se ha explorado intensamente en las últimas décadas, la Inteligencia Artificial Física ha permanecido relativamente inexplorada. Promover su desarrollo es crucial para una nueva etapa en la cual se busque integrar la inteligencia biológica a la robótica”, indicó Mirko Kovac.
Cambios profundos
Los robots de la IA Física serán completamente diferentes a los que conocemos en la actualidad. No solamente por su grado de autonomía, que les permitirá interactuar naturalmente con humanos, animales y con el entorno, sino porque además integrarán diferentes capacidades asociadas a los organismos inteligentes biológicos, como desarrollar el control corporal o hasta incluso hacer uso de cierto grado de intuición o de empatía.
En definitiva, el desarrollo de habilidades interdisciplinarias y la investigación en IA Física lograrán redefinir como nunca antes la interacción humano-robot y robot-entorno, haciendo nacer una nueva era de profundos cambios para la humanidad. ¿Cuál será el límite de esta integración? ¿Hasta dónde humanos y robots podrán preservar sus características básicas y su identidad? ¿Será la sensibilidad humana la última barrera infranqueable o veremos robots capaces de desarrollar emociones?
Fuente: tendencias21.levante-emv.com