El primer vuelo experimental a la estratósfera en el país consistió en el envío del mecanismo denominado Sistema de Adquisición de Datos Meteorológicos (SADM-1) a bordo de una plataforma llamada Carga de Servicio Mexicana (CSM), la cual a su vez fue elevada a través de un globo de látex que los llevó a una altura aproximada de 35 kilómetros. La experiencia tiene como finalidad validar e integrar en un futuro componentes útiles para satélites pequeños para el estudio de fenómenos sísmicos y análisis de perturbaciones en capas de la atmósfera.
A partir del experimento, se captó información meteorológica, atmosférica e imágenes en alta resolución de la geografía nacional y de la curvatura de la tierra. Asimismo, a partir del SADM-1 se logró registrar datos de temperatura interna de la estructura del CSM y de su exterior, así como la recolección de variables de navegación como lo son el campo magnético, velocidad angular (ω), que son las cantidades de rotaciones en un tiempo determinado y finalmente la aceleración.
El doctor Mario Alberto Mendoza Bárcenas, del Centro de Desarrollo Aeroespacial (CDA) del Instituto Politécnico Nacional (IPN), explicó que todo ello se logró gracias a un software y hardware flexible basado en una computadora que procesó los datos obtenidos por sensores colocados en la CSM.
Para un posterior análisis de datos capturados, la computadora a bordo del SADM-1 adquirió información cada 30 segundos de todos los sensores contenidos dentro y fuera de la CSM y los almacenó en una memoria SD, y en el que el Instituto Tecnológico de Celaya (ITC) realizó la lectura y escritura de la misma.
Por otra parte, en cuanto a la composición del mecanismo CSM, Fernando Velázquez Villegas, investigador de la UNAM indicó que la plataforma CSM, que fue la encargada de llevar a bordo al dispositivo SADM-1, tiene una estructura de dos módulos: el primero es híbrido, ya que está conformado por aluminio ligero de alta rigidez y reforzado con ULTEM, polímero con gran resistencia a altas temperaturas; el segundo consta de una tipo torre que contiene la electrónica hecha por la UNAM.
Asimismo, el especialista indicó que para minimizar el riesgo de daño por impactos, al interior de la estructura híbrida se suspendió la electrónica por medio de tensores elásticos. Para la protección exterior contra impactos se utilizó una base compuesta por dos distintos espumados plásticos a manera de crear capas con gran capacidad de amortiguamiento.
Mendoza Bárcenas subrayó que el dispositivo tiene como finalidad utilizarse como carga útil de un mini satélite que cumpla la función de recoger y estudiar datos de perturbaciones atmosféricas, como los generados previos a un sismo. Ejemplos de ello son la medición de gases emitidos por la corteza terrestre como radón, que interactúa molecularmente en la ionósfera generando perturbaciones como cambios de temperatura y resistividad del aire. Esta parte del estudio se trabaja con la Universidad Complutense de Madrid.
Finalmente, en el proyecto participó por parte de la iniciativa privada, la empresa REMTRONIC quien fue responsable del lanzamiento, seguimiento y recuperación de la plataforma lanzada en un globo de látex, y la Universidad Autónoma de Nuevo León, que propone la utilización de nano-recubrimientos para proteger los sistemas satelitales. (Agencia ID)