Son muchas las acciones que se están realizando en diferentes áreas de la ciencia para crear soluciones ecológicas a muchos problemas ambientales. Una de esas soluciones proviene de científicos de la Universidad de Maryland quienes proponen el desarrollo de baterías sostenibles usando un químico que se halla en los caparazones de crustáceos como cangrejos y langostas.
En la actualidad, las baterías convencionales como las de litio usan productos químicos que demoran cientos o miles de años en descomponerse. Además, dichos productos suelen ser corrosivos e inflamables pudiendo causar incendios graves.
En concreto, los investigadores descubrieron que pueden usar el químico presente en los caparazones para almacenar energía. El químico en cuestión es la quitina, un tipo de polisacárido que hace que los caparazones sean duros y resistentes. Dicho material también se puede encontrar en hongos e insectos, pero por lo general es considerado un desecho para la industria alimentaria.
Desde hace tiempo que los investigadores están estudiando a este químico y buscando las posibilidad de sacarle provecho dándole otros usos. Y lo consiguieron creando baterías más sostenibles a base de la quitina de los caparazones de crustáceos.
Baterías creadas a partir de un químico presente en caparazones de crustáceos
La ingeniería biomédica es una de las que más aprovechó los poderes de la quitina, usándola para vendar heridas y tratamientos antiinflamatorios.
Ahora la ingeniería eléctrica quiere valerse de otros beneficios de la quitina para crear baterías que sean más sostenibles y no dañen al medioambiente.
Para sacarle el mayor provecho, la quitina debe primeramente pasar por un procedimiento químico y la adición de una solución acuosa de ácido acético. Luego la quitina se sintetiza en una membrana de gel firme y se usa como electrolito para una batería. El electrolito es lo que permite a las baterías almacenar la energía.
Pero, los investigadores descubrieron que mezclando este electrolito de quitosano con zinc pueden crear una batería completamente renovable.
Además, esta batería tendría una eficacia energética de 99,7 % incluso después de 1000 ciclos de batería, que son unas 400 horas.
Otras de las ventajas de esta nueva batería consiste en que no es inflamable y puede descomponerse en el suelo en 6 meses gracias a degradación microbiana.
Pero, todavía necesita probarse a mayor escala y en condiciones de uso comercial. Si pasa con éxito esas pruebas, podríamos estar hablando de una nueva generación de baterías amigables con el medioambiente.
Fuente: tekcrispy.com