La robótica blanda ha dado un nuevo paso hacía delante, investigadores de Harvard y del MIT han creado músculos artificiales inspirados en el origami que son capaces de levantar 1.000 veces su propio peso.
Esta rama de la robótica se inspira en la naturaleza para combinar el diseño de los robots con materiales blandos y flexibles. Siguiendo estos principios, los investigadores de la Harvard John A. Paulson Escuela de Ingeniería y Ciencias Aplicadas (SEAS, por sus siglas en inglés), el Instituto Wyss de la Universidad de Harvard y el Laboratorio de Informática e Inteligencia Artificial (CSAIL) del MIT han construido articulaciones que se mueven usando únicamente aire y agua.
Recubiertos por una piel que combina metal, plástico y tela, estos músculos contienen agua y aire. Se articulan cuando una aspiradora crea un vacío en su interior. El esqueleto se dobla de distintas formas, ya que la aspiradora puede tirar del músculo en distintas direcciones.
“Estamos muy sorprendidos por lo fuertes que eran los actuadores (músculos). Esperábamos que tuvieran un peso funcional máximo más elevado que el de los robots blandos convencionales, pero no esperábamos que se multiplicaran por mil. Es como darle a estos robots superpoderes”, afirma Daniela Rus, profesora de Ingeniería Eléctrica y Ciencias de la Computación de Andrew y Erna Viterbi en el MIT.
Para que se haga una idea, un músculo artificial de 2,6 gramos puede levantar un objeto de 3 kilogramos, el equivalente a un gato elevador. Además, un solo músculo puede ser construido en diez minutos usando materiales que cuestan menos de un dólar.
Altamente escalables
“Además de sus propiedades musculares, estos actuadores blandos son altamente escalables. Los hemos construido en tamaños que van desde unos pocos milímetros hasta un metro, y su rendimiento se mantiene en todas partes “, dijo Wood.
Esta característica implica multitud de aplicaciones a distintas escalas, como dispositivos quirúrgicos en miniatura. El equipo fue capaz de construir músculos a partir de un polímero soluble en agua, esto abre la posibilidad de crear robots que se puedan ingerir, se muevan hasta el lugar adecuado del cuerpo y se disuelvan para liberar un medicamento.
“Las posibilidades son realmente ilimitadas. Pero lo siguiente que me gustaría construir con estos músculos es un robot elefante”, dijo Rus.
Fuente: antena3.com