Icono del sitio INVDES

¡Increíble tecnología! Así funciona el médico robot que puede curar coágulos sanguíneos: mide solo un milímetro

El ‘médico robot’ de un milímetro no es solo una promesa tecnológica: es el resultado de explorar ideas físicas con ambición clínica

Imagina un cirujano microscópico capaz de navegar por las arterias hasta el lugar exacto donde se forma un coágulo y trabajar ahí con precisión millimétrica. Parece ciencia ficción, pero la investigación que lidera la profesora Renee Zhao en la Universidad de Stanford ha convertido esa imagen en un prototipo real: un «médico robot» de un milímetro diseñado para nadar por el sistema vascular y tratar problemas como coágulos en el cerebro y aneurismas.

Se trata de un dispositivo inspirado en principios de mecánica y en la técnica del origami robótico: una estructura que, al girar, genera propulsión y puede desplazarse en espacios muy reducidos, como los vasos sanguíneos.

El equipo empezó con diseños más grandes (un nadador “origami”) y, gracias a la miniaturización, logró crear una versión que cabe en la vasculatura humana para aplicaciones clínicas potenciales.

¿Cómo funciona este “médico robot”?

El mecanismo de propulsión permite al micro-robot moverse con control hacia la zona lesionada. La idea no es solo llegar, sino también llevar a cabo una acción terapéutica: por ejemplo, aplicar fuerzas mecánicas para fragmentar o reducir un coágulo, o servir como plataforma para liberar fármacos de manera localizada.

Aunque aún está en fase de investigación, el enfoque promete iteraciones más rápidas entre diseño computacional y pruebas experimentales.

Las enfermedades cerebrovasculares, como el ictus por trombosis, requieren intervenciones rápidas y precisas; cada minuto cuenta. Un dispositivo que pueda alcanzar coágulos en vasos pequeños y aplicar tratamientos puntuales podría:

Reducir daños por isquemia al restaurar flujo con mayor rapidez.
Minimizar daños colaterales en tejido sano gracias a intervenciones localizadas.
Servir como plataforma para nuevas terapias dirigidas que eviten tratamientos sistémicos.

¿Quién está detrás del proyecto?

El desarrollo viene del laboratorio de Renee Zhao, en el Departamento de Ingeniería Mecánica de Stanford. Su equipo combina mecánica, materiales y robótica suave, partiendo de la curiosidad por entender fenómenos físicos y aprovecharlos para resolver problemas clínicos. Fue una trayectoria que arrancó con conceptos básicos de propulsión y terminó en la miniaturización para uso vascular.

Además de coágulos y aneurismas, el enfoque tiene potencial para otros desafíos médicos donde la precisión y la mínima invasión son clave. Zhao y su grupo también investigan aplicaciones en el tratamiento de piedras renales y en cirugía mínimamente invasiva usando robótica blanda, destaca Stanford Report

A pesar del entusiasmo, la transición del laboratorio a la clínica implica muchos pasos: pruebas preclínicas, evaluación de biocompatibilidad, seguridad, eficacia en modelos animales y, finalmente, ensayos clínicos en humanos.

El propio equipo destaca la importancia de la investigación fundamental y de la colaboración multidisciplinaria para avanzar de forma responsable.

Fuente: 2001online.com

Salir de la versión móvil