Actualmente, estos los nuevos implantes se emplean para la estimulación cerebral en enfermedades degenerativas, como el Parkinson y abren la puerta a tratar otras enfermedades crónicas como la diabetes. Sin embargo, en la formación de recuerdos, los investigadores están trabajando en cómo manipular la memoria en casos de sucesos traumáticos y en cómo recuperarla. Así, según informa la BBC, la Agencia de Proyectos de Investigación Avanzados de Defensa de Estados Unidos tiene un programa para desarrollar y poner a prueba «una interfaz neuronal totalmente implantable e inalámbrica».
Laurie Pycroft, investigadora del Departamento Nuffield de Ciencias Quirúrgicas,de la Universidad de Oxford explica que podría haber un implante de recuerdos en el mercado en 10 años, por lo que en dos décadas estos desarrollos podrían captar las señales que fabrican los recuerdos y hacerlas regresar al cerebro. Y, si todo sigue según lo previsto, en 50 años se podría llegar a manipular estos recuerdos.
Sin embargo, las consecuencias de que esta tecnología cayera en manos de hackers son «muy graves», según la investigadora. Podrían generar nuevos recuerdos, borrar los existentes o chantajear a las personas con los implantes. Asimismo, podrían acceder a información confidencial de las personas que la conozcan.
Un ejemplo de ello se puede observar en un experimento de 2012, en el que los investigadores de la Universidad de Oxford y la Universidad de California en Berkeley estudiaron las ondas cerebrales de la gente y lograron adivinar números de sus tarjetas bancarias y el PIN.
Fuente: antena3.com