Vive Flow se presenta como un dispositivo de realidad virtual orientado al bienestar personal, con la portabilidad y la comodidad como características principales
HTC no es ningún recién llegado al mundo de los periféricos de realidad virtual para computadora. La compañía taiwanesa está detrás de uno de los referentes del mercado, el HTC Vive, que presume de ser el dispositivo que la plataforma online de distribución digital de videojuegos Steam ha convertido en hardware oficial para su sección de RV. Por ello, la presentación de Vive Flow, un accesorio adaptado para su uso con dispositivos móviles y muy centrado en el bienestar, la relajación y la evasión, ha despertado el interés tanto de usuarios como de desarrolladores de aplicaciones.
A pesar de que los productos de ocio relacionados con la realidad virtual para PC no han acabado de despegar, quizá lastrados por el costo que supone acceder a un equipo solvente para afrontar los requisitos técnicos, los fabricantes comienzan a pensar en el siguiente paso en el camino. Parece que la incomodidad que supone instalar los sensores correctamente, la necesidad de disponer de espacio suficiente para jugar sin barreras dentro de casa y lo aparatoso de los “headsets” disponibles (y su cableado), son algunas de las principales quejas de los usuarios. Todo esto acaba por desincentivar a potenciales usuarios de cara a dar el salto a esta experiencia, ya sea en el apartado lúdico o en el educativo.
Además, los títulos actuales se centran, mayoritariamente, en ofrecer experiencias inmersivas breves, así que Vive Flow llega para adaptarse a un ecosistema, el de los dispositivos móviles, que ofrece conectividad inalámbrica, inmediatez y, cada vez más, una potencia suficiente para mover mundos virtuales con solvencia. Aunque algunas aplicaciones están pensadas para intervalos largos, especialmente en el mundo de los juegos, donde podemos encontrar ejemplos como la aventura alrededor del Dragonborn en The Elder Scrolls V: Skyrim, la mayoría se centra en ofrecer sesiones más cortas y compatibles con pausas más frecuentes. Ejemplos de esto podrían ser las mesas virtuales para jugar al poker de PokerStars o la combinación de sables láser y coreografías rítmicas de Beat Saber.
Vive Flow: ligereza sin renunciar a la potencia
A partir de la realidad del mercado mencionada en el párrafo anterior, la máxima es la siguiente: si la preparación de nuestro dispositivo requiere demasiado esfuerzo en comparación con el tiempo de uso, puede que el potencial jugador opte por buscar una alternativa más inmediata; con Vive Flow y su conexión directa a un dispositivo móvil, esta reticencia casi desaparece. Sus gafas son muy ligeras, 189 gramos, como consecuencia de un diseño que requiere de una batería externa (las populares “powerbanks” con conexión USB sirven perfectamente) para disfrutar de un uso largo. Sin ella, la experiencia se reduce a unos pocos minutos. Además, resulta muy sencillo ponerlas y quitarlas y se pueden guardar en muy poco espacio, lo que permite su uso tanto dentro como fuera de nuestro domicilio.
Desde el punto de vista del diseño, se abandona el tradicional formato de “casco” para ofrecer un aspecto bastante similar a unas gafas grandes. En su interior albergan dos pantallas con 1.600 píxeles cada una (resolución combinada de 3.2K) que presentan una tasa de refresco de 75 Hz, lejos de los modelos de escritorio, pero más que suficiente para usos esporádicos. El ángulo de visión se queda en los 100o, más que suficiente para garantizar el componente inmersivo de la experiencia, y existe la opción de ajustar las dioptrías de cada ojo de forma independiente. En el apartado auditivo, tenemos dos altavoces que aprovechan las capacidades de reproducción de audio espacial del chip XR1 de Qualcomm, responsable del apoyo al procesador de nuestro dispositivo móvil. También ofrecen cancelación de ruido y eco.
El hardware se completa con dos cámaras frontales, responsables de hacer el seguimiento los movimientos de la cabeza y adaptar las imágenes reproducidas en consecuencia, a lo que también ayuda la potencia del XR1. En lo que respecta al apartado de almacenamiento, se presentan con 64 gigabytes de memoria interna y sin opciones de expansión mediante tarjetas externas. En cuanto al control, Vive Flow recurre al teléfono o tablet Android (parece que no funcionarán bajo iOS) para las funciones de mando de su interfaz.
Su lanzamiento está anunciado para noviembre, con un precio estimado de 499 dólares en el mercado estadounidense.