El proyecto COgITOR tiene como objetivo formular un nuevo concepto de sistema cibernético artificial que pretende reducir, si no anular completamente, la rigidez del sistema, una rigidez que es típica de la inmensa mayoría de las estructuras sólidas usadas en la computación convencional. La meta final de COgITOR, de hecho, es crear un sistema cibernético líquido inspirado en el mundo celular y adecuado para la exploración de entornos extremos en la Tierra o en otros mundos. Tendrá forma esférica, estará recubierto por una piel sensible, similar en funciones a una pantalla táctil y que permitirá la interacción del sistema con su entorno, y estará dotado de un sistema de generación de energía basado en gradientes térmicos del entorno.
COgITOR es un proyecto financiado por la Unión Europea dentro del programa de investigación Horizonte 2020, con un presupuesto de aproximadamente 3,5 millones de euros para los próximos 4 años. El proyecto ha sido concebido y es coordinado por Alessandro Chiolerio, del Instituto Italiano de Tecnología (IIT). Chiolerio acumuló experiencia en este tipo de proyectos cuando trabajó en el Instituto Max Planck de Física de Microestructuras en Alemania y en el Laboratorio de Propulsión a Chorro (JPL) de la NASA en Estados Unidos.
Un sistema cibernético es, por definición, un sistema de reglas que rigen la interacción entre un ente individual y el entorno externo. Los investigadores de COgITOR tomarán como modelo una célula viva, es decir, un sistema cubierto por una membrana y lleno de una sustancia líquida y orgánulos que realizan funciones específicas, y con un núcleo en el centro. El sistema COgITOR estará compuesto por esferas concéntricas albergando disolventes enriquecidos con nanopartículas y con un chip de silicio en el centro.
Para fabricar la esfera, los investigadores planean desarrollar un polímero capaz de autorrepararse en caso de daño. En su interior se utilizarán nanopartículas ferroeléctricas, que serán capaces de responder a la presencia de un campo eléctrico mediante el uso de electrodos en la superficie interior de la esfera y se organizarán en formas coordinadas, como un cristal. Esta configuración podrá activarse o desactivarse conectando o desconectando el campo eléctrico. Esta capacidad será la base para codificar información.
“Tendremos que inventar un nuevo lenguaje de programación para nuestro sistema, algo que, en la jerga del sector, se conoce como computación no convencional. No podremos aplicar la lógica binaria, sino que tendremos que recurrir a una lógica holográfica radicalmente innovadora”, explica Chiolerio. “Nuestro objetivo para el prototipo es dotarlo primeramente con una capacidad de memoria reducida, el equivalente a un carácter (8 bits), pero el objetivo para el futuro es tener un sistema que ofrezca un mayor rendimiento que los sistemas tradicionales actuales”.
Fuente: noticiasdelaciencia.com