En los últimos diez años, la industria de los robots sexuales dejó de ser algo ‘para unos pocos’. En Europa se inauguró el primer burdel de muñecas sexuales, mientras que las empresas asiáticas que fabrican ‘robots de consuelo’ ganan hasta 200.000 dólares al mes.
En una entrevista con el portal Quartz, la cofundadora de la empresa especializada Responsible Robotics, Aimee van Wynsberghe, que también es profesora de ética, habló sobre las tendencias y perspectivas de la robótica sexual.
Según Wynsberghe, las empresas que diseñan las muñecas sexuales más avanzadas ya son capaces de adaptarse a las preferencias de los clientes. Así, ahora es posible crear una muñeca ‘personalizada’, con la forma de las orejas, el color del vello púbico o el tamaño de senos ‘a la carta’. No obstante, todavía no cuentan con inteligencia artificial, así que el usuario tiene que usar la fantasía para imaginar que hace el amor con una persona de carne y hueso.
Por otra parte, las muñecas experimentales, diseñadas por los laboratorios de estas empresas, ya son capaces de fingir un orgasmo, hablar con el usuario o mover la cabeza. En cuanto a los penes artificiales para los muñecos masculinos, pueden entrar en erección de manera automática.
La experta opina que estamos ante un nuevo nivel de la industria de las muñecas sexuales. Ahora, estas ya son capaces de manifestar interés físico. De acuerdo con Wynsberghe, la empresa Abyss Creations, que trabaja actualmente en la creación de la muñeca denominada Harmony, contribuyó a la evolución de la industria. Los ingenieros de la empresa Hanson Robotics, que fabrica cabezas robóticas, trabajan para diseñar la inteligencia artificial de esta muñeca. Asimismo, una aplicación móvil va a recopilar y analizar información acerca de las preferencias sexuales del usuario para perfeccionar el comportamiento de la muñeca. Por ejemplo, si te aumenta el ritmo cardíaco cuando oyes algo sobre sadomasoquismo, el robot lo tendrá en cuenta.
Wynsberghe opina que, pese a que existe cierta desconfianza en la sociedad, las muñecas sexuales se convertirán en algo normal en el futuro, como los juguetes sexuales actualmente. Además, indicó que los robots son capaces de ayudar a las personas que tienen traumas psicológicos y no pueden tener sexo con personas reales, o que sufren de problemas de erección o de eyaculación precoz.
Asimismo, permitirán llevar una vida normal a las personas que tienen defectos físicos o incluso discapacidades. Según Wynsberghe, también podrían ayudar a solucionar problemas como la prostitución, la esclavitud sexual y la pedofilia. No obstante, varios expertos destacan que lo más importante para un violador es la sensación de control sobre la otra persona, y no el propio acto sexual.
Actualmente, solo existe un robot sexual capaz de rechazar al usuario. No obstante, la científica subrayó que todavía es prematuro hablar de estos usos para las muñecas sexuales.
En junio de 2017, un británico encargó una muñeca sexual japonesa con apariencia infantil, pero fue interceptada por los guardias fronterizos. Mientras tanto, en Canadá, un pedófilo fue arrestado tras pedir una muñeca de este tipo, ya que los agentes de seguridad también encontraron pornografía infantil en su casa. Actualmente, está siendo acusado de posesión de materiales prohibidos, mientras que los investigadores tratan de determinar si se trata de una muñeca con apariencia infantil o la reproducción de una «mujer menuda».
Sin embargo, el desarrollo de la industria de los robots sexuales nos puede despojar de lo que nos hace humanos, asevera la experta.
Otro problema es la privacidad. Según Wynsberghe, las empresas fabricantes de robots todavía no establecieron reglas sobre el uso de datos privados del cliente.
No obstante, en los próximos 5 o 10 años, estas compañías revolucionarán la industria sexual. Y este es ya un cambio irreversible, concluyó.
Fuente: sputniknews.com
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