A principios de enero, hicimos una previsión de cuáles podrían ser algunas de las mayores amenazas cibernéticas a las que enfrentaría el mundo en 2018. Llegada la mitad del año, parece un buen momento para revisar nuestro pronóstico.
Aciertos
Una de las predicciones fue que veríamos más grandes brechas de datos, y esa hipótesis se cumplió bastante rápido. En marzo, MyFitnessPal, la aplicación de seguimiento de ejercicio y dieta, informó de que había sufrido una de las mayores violaciones cibernéticas de la historia: los hackers robaron los nombres de usuario, las direcciones de correo electrónico y las contraseñas de unas 150 millones de cuentas.
En términos de cifras absolutas, este ataque ha superado al hackeo masivo de Equifax en 2017. El único aspecto positivo fue que muchas de las contraseñas estaban protegidas por un fuerte cifrado, lo que parece haber limitado las consecuencias negativas del ataque.
También está el caos vivido con el escándalo de Facebook y Cambridge Analytica, que explotó el mismo mes. Los datos de alrededor de 87 millones de usuarios de la red social se compartieron sin su conocimiento ni consentimiento. Estrictamente hablando, este suceso no fue un hackeo. Pero merece una (deshonrosa) mención, porque si la red social hubiera aplicado controles más estrictos, podría haber detectado el uso no autorizado de los datos más rápido y haberlo detenido antes.
También vaticinamos que se producirían intentos aún más hábiles de secuestrar la potencia computacional de los ordenadores de terceros para minar criptomonedas, un ataque conocido como criptohackeo.
En los últimos meses, hemos visto cómo varios hackers han hecho uso de malwares populares como Coinhive y Crypto Miner para secuestrar la capacidad de cómputo en la nube de compañías como Tesla y la aseguradora británica Aviva. Y una gran empresa de seguridad, Darktrace, afirma que ha encontrado software de minería fraudulento en los sistemas de miles de sus clientes.
Otro pronóstico era que los hackers también empezarían a atacar las casas de cambio de criptomonedas. El último asalto de este tipo ocurrió a principios de este mes cuando Coinrail, una casa de intercambio surcoreano, se vio comprometida y casi un tercio de las monedas que tenía fueron robadas.
La experta de la firma de seguridad Check Point Maya Horowitz afirma que, ahora mismo, detecta nuevos ciberataques como este “cada dos semanas”. Como respuesta, los investigadores de seguridad y las agencias de aplicación de la ley están intensificando sus esfuerzos para rastrear a los hackers.
Cuasi aciertos
En enero, advertimos de que los ataques de ransomware se volverían aún más dañinos. Estos ataques utilizan malware que encripta los archivos de ordenador y solo los libera a cambio del pago de un rescate. Estos pagos suelen realizarse en criptomonedas, ya que de esta forma son imposibles de rastrear.
Pensábamos que el ransomware afectaría especialmente a los proveedores de servicios en la nube como Amazon y Google. Pero la gran historia de 2018 ha sido el gran ataque a la ciudad de Atlanta (EE. UU.), que paralizó un aplico abanico de sus sistemas municipales. Los secuestradores de los datos, que exigieron un pago de unos 43.000 euros en Bitcoin, causaron daños permanentes, incluso borraron años de registros de vídeo policiales.
Por otra parte, avisamos del riesgo de un posible ciberataque importante a la infraestructura física. Estamos encantados de informar de que, de momento, esta predicción no se ha cumplido. Pero el Departamento de Seguridad Nacional (EE. UU.), el FBI y el Centro Nacional de Ciberseguridad (Reino Unido) dieron un paso sin precedentes en abril al emitir una advertencia conjunta de que los hackers rusos han fijado sus objetivos en los enrutadores y otras infraestructuras de redes eléctricas e instalaciones militares.
Cuestión de tiempo
Que sepamos, todavía no ha habido ninguna prueba de hackers que usen armas de inteligencia artificial, algo que estaba dentro de nuestra previsión. Aún así, muchas compañías de seguridad cibernética están buscando evidencias. Todavía es muy pronto para saber si habrá un esfuerzo coordinado para piratear la infraestructura electoral, particularmente en Estados Unidos, ya que algunas partes del sistema aún son vulnerables al ciberataque. La prueba real vendrá durante las elecciones de mitad de período de Estados Unidos a finales de este año.
Fallos
En cuando publicamos nuestra predicción, empezaron a publicarse noticias sobre graves fallas de seguridad en algunos semiconductores fabricados por compañías como Intel y AMD. Apodados Meltdown y Spectre, estos errores afectaron a miles de millones de chips y permitieron que los hackers, que ya habían comprometido los ordenadores, obtuvieran acceso a partes seguras de los procesadores, donde podían instalar malware y robar claves de seguridad.
Desde entonces, se ha producido un esfuerzo masivo y constante para abordar el problema a través de parches de software y cambios de hardware planificados, aunque siguen apareciendo nuevas variantes de fallas. Perdonen por no ver este escenario en nuestra bola de cristal. Es un recordatorio humillante de que cuando se trata de ciberseguridad, los riesgos no solo se esconden en el código.
Fuente: technologyreview.es