De todas las maneras que se nos ocurren para combatir los efectos del calentamiento global, la que han llevado a cabo en la ciudad de Los Ángeles (California, EE.UU.) es de las más sutiles: han pintado el pavimento de sus calles de gris claro. Pero ¿cómo puede esto ser una medida medioambiental?
El secreto es que la utilizada no es una pintura gris ordinaria, sino un recubrimiento especial llamado CoolSeal que fue desarrollado originalmente para ocultar el calor creado por las pistas de aterrizaje, haciéndolas menos visibles a los satélites espía.
La idea es que CoolSeal refleja mejor los rayos solares, lo que reduce la temperatura del suelo. La pintura ya ha sido probado en un estacionamiento en una de las partes más calientes de la ciudad, según informa The Washington Post. “El área cubierta con CoolSeal estaba 10ºC más fría que el asfalto negro en el mismo estacionamiento”, dijo al diario estadounidense Greg Spotts, funcionario de la ciudad de Los Ángeles.
Bajar la temperatura de la ciudad
El programa de pintura inteligente tiene como objetivo abordar lo que se conoce como el efecto isla de calor urbano, donde las bolsas de desarrollo (con hormigón, asfalto, techos oscuros y falta de sombra de la vegetación) elevan las temperaturas. Una vez que una ciudad llega a más de un millón de personas, su temperatura puede subir hasta 12 ° C más que las áreas circundantes, debido a este efecto. Además de los efectos directos del calentamiento, también significa un mayor gasto energético con más personas conectando, por ejemplo, el aire acondicionado.
Según los funcionarios de la ciudad, el revestimiento debe reducir las temperaturas, ayudar a los que trabajan en el exterior, e incluso hacer que la superficie del suelo sea más agradable para las mascotas. Las áreas ya tratadas serán monitoreadas durante el otoño, listas para un despliegue más amplio en el futuro. Como ventaja añadida, debido a que el revestimiento es mucho más reflectante, se requiere menos energía para iluminar las carreteras y los estacionamientos revestidos con este material.
LA es la primera ciudad en tratar de enfriar sus calles y es parte de un mayor compromiso para reducir las temperaturas generales en la ciudad de uno a dos grados durante los próximos 20 años. “Hay estimaciones que sugieren que cubrir un tercio en el pavimento de la ciudad con materiales más fríos podría ser capaz de cambiar la temperatura de la ciudad”, concluye Spotts.
En el año 2016, 195 países se pusieron de acuerdo para firmar el Acuerdo de París, un importante pacto para tratar de evitar un escenario apocalíptico de sequías, hambre y catástrofes naturales. Si bien es necesario un consenso mundial, son muchas las voces que argumentan que este acuerdo se queda corto y no responde de manera contundente a las necesidades del planeta: los expertos temen que el Acuerdo de París no baste y que la temperatura media de la Tierra aumente más de dos grados centígrados este siglo, unos niveles de cambio que se consideran superiores al margen mínimo de seguridad necesario para evitar las más tremendas consecuencias del calentamiento global. El mes pasado, un estudio publicado en Nature Climate Change, dibujaba un panorama más terrorífico: según los autores, investigadores de la Universidad de Washington (EE.UU.), existe un 90% de probabilidades de que a finales del siglo XXI, la temperatura media del planeta haya aumentado entre 2 y 4,9º C. Sus previsiones más concretas hablan de 3,2 grados, mucho más del límite establecido en el pacto firmado en la capital francesa. Además, las esperanzas de salvación son pocas, según este equipo: la probabilidad de conseguir evitar un aumento de temperatura de 1,5º C es minúscula: solo del 1%. No es mucho mayor la de no alcanzar los 2º C, apenas del 5%.
Fuente: The Washington Post