Con el fin de frenar la dependencia tecnológica que el país tiene con el extranjero en la importación de aparatos o dispositivos, investigadores de la UNAM desarrollaron sistemas robóticos dedicados a facilitar las tareas humanas con un precio accesible al mercado.
Ejemplo de ello es la recién creada mano robótica que podrá controlarse desde los dedos de los pies, además de poder usarse por zurdos, diestros y ambidiestros sin complicación ni dependencia a otros dispositivos. Actualmente está en espera de que probarse en pacientes y así, poder comercializarla.
El maestro Hernando Ortega Carrillo, investigador del Instituto de Investigaciones en Matemáticas Aplicadas y en Sistemas (IIMAS) de la máxima casa de estudios, detalló que a través de la empresa llamada Laidetec, brindan costos accesibles y, sobretodo, recursos humanos de calidad, es decir de quienes diseñaron y desarrollaron la innovación. “Es empezar a generar un mercado interno sin dependencia tecnológica hacia el exterior”.
En la producción de los robots, por ejemplo, “aún dependemos de los servomotores que dotan de movimiento a nuestras innovaciones, estos vienen del exterior como China. Por ello, diseñamos un motor propio, lo patentamos hace 10 años, buscamos impulsarla para sustituir esta dependencia a comprarlos al exterior y comenzar nosotros a fabricarlos, queremos dejar de depender de ello”.
Caso de éxito
Laidetec se creó en 2010 a recomendación de la Coordinación de Innovación y Desarrollo (CID) de la UNAM. “Iniciamos con el desarrollo de unas manos robóticas, un sensor y una alarma. La CID nos impulsó a que incubáramos la empresa para tratar de comercializar los desarrollos que estábamos haciendo; en ese entonces teníamos una patente registrada en México y estábamos en trámite de registro en Canadá y Estados Unidos, de las que ya tenemos el registro”, recordó el maestro Ortega.
El apoyo del Sistema de Incubadoras de Empresas InnovaUNAM fue constante. Los emprendedores recordaron la ayuda en la cotización de proyectos para el desarrollo de prótesis, “nos ayudaron a pensar en todo lo que jamás habíamos contemplado, desde los sueldos, la compra de material y el registro para patentes. Siempre fue un aprendizaje, nos dimos cuenta que nosotros como académicos también podemos explotar nuestras creaciones, que no solo se vayan a artículos científicos, sino convertirla en ciencia aplicada, que la gente pueda disfrutar de la ciencia hecha en la UNAM”.
Así, el principal servicio es que si un cliente tiene una necesidad, nosotros tratamos de solucionarla, por ejemplo, a Laidetec han acudido laboratorios de la Facultad de Medicina para automatizar sus procesos de experimentación con animales de laboratorio.
Actualmente, resta un 30 por ciento del proceso de incubación dentro de la UNAM. “Queremos crear nuevas tecnologías para dar una alternativa económica, inversión en innovación local y así poder resolver de mejor manera los problemas del país”, finalizó el ingeniero en computación Hernando Ortega Carrillo. (Agencia ID)