El 22 de febrero la compañía aeroespacial SpaceX lanzó desde la base Vandenberg de la Fuerza Aérea de EE.UU. un cohete Falcon 9 con el satélite español de teledetección PAZ. Además, también envió un par de satélites que buscan empezar a cumplir una promesa que el multimillonario Elon Musk tiene en mente desde hace tiempo: suministrarle internet a todo el planeta.
Bautizados por Musk como Tintín A y Tintín B, pero conocidos formalmente como Microsat-2a y Microsat-2b, estos dos artefactos serán puestos a prueba para saber si la gran red de satélites que quiere construir el empresario sudafricano, puede funcionar.
El sistema liderado por Space X estará confirmado por cerca de 12.000 satélites que pesan varios cientos de kilogramos, divididos en dos grupos. Uno de ellos estará ubicado a una altitud de 1.110 a 1.325 kilómetros, y el segundo es más abajo, a una altitud de 335 a 346 kilómetros.
Los satélites podrán intercambiar información con ambas terminales en la Tierra. También lo harán entre ellos. La idea es que tanto una estación en la Antártida como una aldea en África pueda recibir internet.
Aunque la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC) de EE.UU. había aprobado la operación de los dos satélites desde el año pasado, solo hasta hace unos días Musk hizo pública la existencia de los dos prototipos.
“Si es exitoso, la constelación Starlink servirá a los menos favorecidos”, escribió Musk en Twitter.
Ya hace unas semanas, la compañía Space X también había logrado enviar al espacio el cohete Falcon Heavy, con la promesa de ser el cohete de carga útil más grande del mundo. A bordo llevaba un auto Tesla Roadster.
Fuente: elespectador.com