Está en China y tiene el tamaño de 30 canchas de fútbol
En 2016 finalizó la construcción del mayor radiotelescopio del mundo de una sola apertura, una inmensa mole de 500 metros de diámetro que fue ideado con un objetivo: desentrañar los secretos del Universo y “escuchar” el pulso de las estrellas para captar frecuencias de radio que conduzcan a nuevas civilizaciones extraterrestres.
Luego de casi cuatro años de pruebas, el Telescopio FAST entró en servicio el pasado mes de enero de 2020. Ahora, sus responsables anunciaron que comenzarán a buscar señales de vida extraterrestre a partir del próximo mes de septiembre.
Según el Science and Technology Daily, el medio estatal chico de ciencia, para Zhang Tongjie, director científico del FAST, existen algunos “candidatos interesantes de señales”, lo que no significa que vayamos a encontrar vida alienígena pronto, pero sí que, de llegar a existir civilizaciones que las transmitan, un radiotelescopio tan masivo como este es una buena herramienta para poder encontrarlos. Mientras tanto, el FAST ya ha descubierto más de 40 estrellas de neutrones que emite radiación periódica, comúnmente llamadas púlsares.
El FAST o Radiotelescopio de Apertura Esférica está situado en una zona montañosa en el condado de Pingtang, en la provincia de Guizhou. Para determinar su ubicación, los científicos estudiaron más de 400 posibles territorios durante 10 años. Su construcción obligó a desalojar a 9.000 residentes de la zona. Además, la población que quedó en sus alrededores tiene limitado el uso de dispositivos de telecomunicaciones (como teléfonos móviles) para no interferir con sus operaciones. También está prohibido usar todo tipo de tecnología de comunicación a cinco kilómetros a la redonda del radiotelescopio, y sus visitantes deben apagar los celulares.
La bandeja del FAST está formada por 4.450 paneles con una superficie equivalente a unas treinta canchas de fútbol. Con sus 500 metros de diámetro, duplica el campo de visión del Arecibo de Puerto Rico, que con sus 305 metros, era desde 1963 la antena con mayor alcance del planeta. Su costo rondó los 1.200 millones de yuanes, unos 180 millones de dólares.
La ventaja del mayor telescopio de apertura única –ya que mediante la técnica de la interferometría se consigue un mayor campo de resolución gracias a la combinación de varias antenas– es que al estar emplazado a 1.000 metros de altitud, en una área remota con escasas interferencias radioeléctricas, brindará a los científicos una lectura más limpia.
Entre sus objetivos complementarios está analizar las aglomeraciones de materia oscura de nuestra galaxia, revelar la posible presencia de hidrógeno neutro en la Vía Láctea y estudiar los púlsares, cosa que ya empezó a hacer en esta primera etapa experimental.
La banda de frecuencias en la que opera se extienden desde los 70 megahercios (MHz) hasta los 3 gigahercios (GHz), pero en una etapa posterior, alcanzará las bandas en torno a 6 y 8 GHz. Con estos receptores, podrá realizar mapas detallados de la distribución del hidrógeno atómico tanto en la Vía Láctea como en galaxias externas.
Otros objetivos a largo plazo incluyen el envío de un hombre a la Luna o el aterrizaje de una sonda robótica en Marte.
Fuente: clarín.com