La obra de autores literarios medievales ha sido reevaluada con la tecnología del siglo XXI en una colaboración interdisciplinar en la Universidad de St Andrews.
Un archivo de las obras de autores ingleses medievales, que reveló una perspectiva internacional inesperada en los escritores medievales, había caído en desuso.
Creada en la década de 1990, la pérdida de la innovadora base de datos Fontes Anglo-Saxonici en 2018 hizo que fuera prácticamente imposible una vez más rastrear los plagios con precisión dentro de la herencia literaria medieval temprana de las Islas Británicas.
Sin embargo, en un proyecto multidisciplinario que involucra a académicos e informáticos medievales, los investigadores y entusiastas de la época pueden volver a hacer referencias cruzadas de autores medievales con sus homólogos globales de quienes a menudo ‘tomaron prestados’ largos pasajes en tiempos previos al plagio.
Gracias al estudiante de St. Andrews Bryan Yick, quien tiene intereses interdisciplinarios tanto en Ciencias de la Computación como en Historia, la base de datos ha sido rediseñada y republicada y, con suerte, incluso se ampliará y potencialmente revelará aún más sobre este período.
La doctora Christine Rauer, de la School of English, dijo en un comunicado: «A veces se olvida que los tiempos anteriores estaban igualmente interconectados y organizados internacionalmente, no solo en la Edad Media, sino también en la prehistoria.
«La humanidad siempre ha mirado hacia afuera y ha estado interesada en innovar a partir de influencias externas, en aprender cosas nuevas de otros lugares. Por tanto, parece especialmente apropiado que gracias a la tecnología más actualizada hayamos podido resucitar este invalorable depósito de literatura medieval para la posteridad futura.
«Nuestro proyecto presenta toda la evidencia que muestra que la literatura medieval temprana es una mezcla fascinante de todo tipo de tradiciones, tanto locales como internacionales».
Se sabe desde hace mucho tiempo que los autores ingleses medievales tenían una perspectiva internacional al compilar sus listas de lectura, pero la evidencia precisa solo se recopiló sistemáticamente en la década de 1990.
El proyecto original de Fontes Anglo-Saxonici se desarrolló entre 1984 y 2007 y estuvo integrado por personal académico de varias universidades británicas e irlandesas.
Financiado públicamente por la AHRC (Arts and Humanities Research Council) y la Academia Británica, produjo una base de datos de Internet disponible públicamente (entonces con sede en la Universidad de Oxford) que vinculaba alrededor de 1.100 textos en inglés medieval temprano (escritos en inglés antiguo y latín) con alrededor de 1.000 textos fuente (escritos en inglés antiguo, inglés y latín) de Inglaterra, Europa, Oriente Medio y África del Norte.
En estos tiempos anteriores a los derechos de autor, los escritores medievales tempranos citaban sus textos originales, lo que permitía a los investigadores rastrear estas citas ‘prestadas’ y descubrir lo que habían leído y en qué textos estaban interesados.
Desafortunadamente, la base de datos se volvió disfuncional por razones técnicas, y Oxford tuvo que desconectarla en 2018 porque constituía un riesgo de seguridad debido al software obsoleto con el que se produjo para consternación de los académicos de todo el mundo.
Fuente: europapress.es