Utilizan un programa de inteligencia artificial que realiza traducciones automáticas para mejorar la conversión de patrones neuronales en texto
La persona piensa, el ordenador reconoce los pensamientos y expresa toda la frase que ha pensado el humano. La capacidad de un programa informático de traducir las señales cerebrales humanas en fonemas suena un poco a ciencia ficción, pero en los últimos años, la investigación en inteligencia artificial (IA) ha hecho progresos en este sentido. Joseph Makin y otros científicos de la Universidad de California en San Francisco han usado un programa de IA que realizaba traducciones automáticas para mejorar la conversión de patrones neuronales en texto.
Los investigadores trabajaron con cuatro pacientes de epilepsia, a quienes les habían implantado hasta 250 electrodos en la corteza cerebral debido a su enfermedad. Les pidieron que pronunciaran a viva voz y varias veces de 30 a 50 frases sencillas. De manera simultánea, midieron la actividad cerebral a través del electrocorticograma. A continuación, almacenaron las ondas cerebrales registradas y los textos en dos programas de IA capaces de aprender. Uno de ellos examinaba las señales cerebrales siguiendo unos patrones formados por elementos del habla concretos (entre estos, consonantes y vocales). A continuación pasaban dichos patrones a un segundo programa de IA, que debía volver a leer un texto.
La conversión no siempre acontecía exenta de errores: la IA tradujo incorrectamente entre el 2 y 3 por ciento de las frases pronunciadas. Así, por ejemplo, de la oración inglesa «Those musicians harmonize marvelously» («Esos músicos armonizan maravillosamente») se obtuvo «The spinach was a famous singer» («La espinaca era un cantante famoso»). Con todo, los investigadores consideran que los resultados son un éxito: «Hasta la fecha, el índice de errores de vocabulario era del 60por ciento, aproximadamente», indican.
En un futuro, la investigación podría ayudar a las personas incapaces de vocalizar; entre ellos, los pacientes con el síndrome de cautiverio o los que padecen esclerosis lateral amiotrófica. No obstante, hasta que exista un interfaz ordenador-cerebro que funcione correctamente, se requerirán todavía muchos progresos.
Fuente: investigacionyciencia.es