En 1982, la compañía de juguetes Hasbro compraba los derechos de distribución de las marcas de juguetes japoneses Diaclone y Microman bajo el nombre comercial de Transformers. Poco después, y tras el éxito de esta serie de juguetes, la compañía se hacía con los derechos de autor y de imagen con el objetivo de llevar a los Transformers a un nuevo nivel.
Apenas dos años más tarde, Marvel lanzaba la colección de cómic ‘The Transformers’. Al mismo tiempo, la misma compañía presentaba la primera serie animada basada en estos robots que habían conquistado el mundo a través de su línea de juguetes. Los niños y niñas de aquella época querían tener coches, camiones y ambulancias que se convirtieran en Autobots, al igual que personajes tan populares como Optimus Prime o Bumblebee.
El primer Transformer nacido en la Tierra
A los que fueron niños durante aquella época, ahora ya adultos, les ha quedado la espina de no haber podido cohabitar con estos seres extraterrestres venidos para salvar el mundo. Sin embargo, y gracias al avance en el campo de la robótica, cada vez son más los proyectos que tienen como objetivo desarrollar los primeros Transformers terrestres. El último de ellos, desarrollado por Brave Robotics, ha mostrado ser el más ambicioso de todos los que han aparecido en los medios de comunicación durante los últimos años.
Todo gracias a J-delte RIDE. Un robot, de 3,7 metros de altura, capaz de convertirse en un vehículo deportivo en apenas un minuto, al igual que Bumblebee en la serie de televisión. Sin embargo, y dado que todavía se trata de una primera visión, no está para salvar el mundo. El robot apenas es capaz de recorrer cien metros en una hora, lo que le impediría enfrentarse a los Decepticons en una lucha cuerpo a cuerpo.
El Transformer será utilizado en parques de atracciones y desfiles
Dado que todavía no está preparado para ninguna batalla, ya que podría ser uno de los primeros en caer, el director ejecutivo de Brave Robotics, Kenji Ishida, ha dado a conocer que J-delte RIDE tendrá que conformarse con acudir a parques de atracciones y a desfiles de distinta índole. Todo ello para hacer sonreír a aquellos niños que, al igual que él, siempre quisieron ver un Transfomer real.
Ishidaha reconocido que el coste de construir a este robot ha sido un poco alto. Sin embargo, decidieron seguir adelante con el proyecto para «inspirar a otros y ampliar la imaginación humana».
Fuente: cadenaser.com