Los abejorros y algunos otros insectos alados son capaces de seguir volando, aunque sus alas tengan ciertos daños, incluyendo agujeros. Esta capacidad no había estado al alcance de los robots con tamaño y forma de insectos, hasta ahora.
Inspirándose en la resistencia de las alas de abejorros, el equipo de Suhan Kim, del Instituto Tecnológico de Massachusetts (MIT) en Estados Unidos, ha desarrollado técnicas de reparación, que permiten a un robot aéreo del tamaño de un insecto, sufrir graves daños en los actuadores (músculos artificiales) que accionan sus alas, para seguir volando con eficacia.
Kim, Kevin Chen del MIT y sus colegas, optimizaron estos músculos artificiales para que el robot pueda aislar mejor los defectos y superar daños menores, como pequeños agujeros en el actuador.
Además, han demostrado un novedoso método de reparación por láser que puede ayudar al robot a recuperarse de daños graves, como un incendio que chamusque parte de un actuador.
Fuente: vtv.gob.ve