Hace poco, en un hospital de Pekín (China), la radióloga especializada en cáncer Chongchong Wu sometió un escáner de pulmón con aspecto sospechoso a un programa informático parecido a Photoshop. Una red neuronal entrenada con miles de ejemplos de imágenes de escáner señaló algunos nódulos y los examinó cuidadosamente. Wu corrigió dos falsos positivos en los que el programa había confundido los vasos sanguíneos con posibles tumores malignos. Pero también descubrió que la máquina había encontrado un nódulo que ella había pasado por alto y que podría ser una señal prematura de una enfermedad.
China está emprendiendo una gran iniciativa para utilizar la inteligencia artificial (IA) en la atención médica con herramientas como esta. Esta apuesta es un reflejo de lo que está sucediendo en Estados Unidos y Europa. Pero en China, las restricciones para usar los datos y probar nuevas tecnologías son menos estrictas, y además el país tiene una mayor necesidad de automatizar algunos trabajos. En China, solo hay 1,5 médicos por cada 1.000 habitantes, en comparación, la media de los países miembros de la OCDE es de más del doble, con 3,4 médicos para el mismo nivel de población, según en el informe Health at a Glance 2017.
China se está moviendo deprisa. Ahora mismo hay 131 compañías enfocadas en aplicar la IA a la sanidad del país, según la consultora pekinesa Yiou Intelligence. A partir del próximo mes, un hospital de Pekín realizará todas las exploraciones pulmonares a través de un algoritmo de IA para agilizar el proceso de evaluación.
Para el Gobierno chino, dicha tecnología de apoyo al diagnóstico médico computarizado forma parte de la primera etapa de su gran plan para adoptar la IA en 2020 (ver China despierta al dragón de la inteligencia artificial). En un informe publicado en febrero, la Corporación Internacional de Datos (IDC) predijo que el mercado chino para los servicios de IA aplicados a la salud alcanzará los 757 millones de euros en 2022. Este mercado también está siendo el foco de las grandes compañías tecnológicas de China. Tanto Alibaba como Tencent tienen unidades de investigación dedicadas al desarrollo de herramientas de diagnóstico de IA (ver El futuro de la IA está en manos de China y, sobre todo, de Alibaba).
La percepción que los chinos tienen de la IA puede facilitar el florecimiento de la tecnología aplicada a la medicina. Mientras que en Occidente, los avances en inteligencia artificial han generado debates sobre la destrucción de empleos (ver Dejen de fingir que la inteligencia artificial no va a destruir el trabajo), la mayoría de médicos chinos parecen dispuestos a automatizar sus tareas más repetitivas.
Sin embargo, el uso de la IA en medicina presenta desafíos. Las herramientas de diagnóstico pueden llegar a sus conclusiones mediante complicados procesos matemáticos que pueden resultar inexplicables. Pero de momento, en China no se oyen muchos debates sobre quién será responsable de los errores cuando los diagnósticos médicos se hagan únicamente con estos algoritmos.
El año pasado, la Administración de Alimentos y Fármacos de Chinaincorporó las herramientas de diagnóstico de IA en su lista de dispositivos médicos permitidos, pero las compañías deben solicitar la acreditación de cada producto antes de establecer un precio. El software de IA que utilizó Wu, desarrollado por una empresa emergente con sede en Pekín llamada PereDoc, se ha instalado en más de 20 hospitales en China. PereDoc ha acumulado una red de más de 180 hospitales que sirven como colaboradores de investigación.
La elaboración de algoritmos capaces de procesar imágenes médicas, como las tomografías y las radiografías, es un campo particularmente en auge entre las start-ups de China. Una razón es que la clasificación de imágenes juega con la fortaleza de los últimos algoritmos de aprendizaje profundo.
Pero el país también está aplicando la IA a otras áreas. El prostodoncista Peijun Lv, basado en Pekín, está colaborando con la Universidad de Tsinghua (China) para desarrollar un programa de IA capaz de diseñar prótesis dentales (ver La IA puede ayudar a ingenieros y diseñadores a ser más innovadores). El prototipo del algoritmo ha sido entrenado con reglas sobre el diseño de dentaduras postizas, extraídas de libros de texto y de 30.000 casos reales etiquetados por médicos. «Puede replicar la experiencia de médicos experimentados», dice Lv, quien planea realizar ensayos clínicos con el algoritmo a finales de este año.
Y el médico especialista en linfomas Peng Liu, que también se encuentra en Pekín, está trabajando con investigadores de Tsinghua para desarrollar un algoritmo de aprendizaje automático que pueda usar datos de ultrasonidos para detectar coágulos de sangre causados por el tratamiento contra el linfoma. Si se detecta pronto, a menudo a través de una ecografía de las venas del paciente, los coágulos de sangre se pueden tratar fácilmente. Pero los hospitales a menudo no tienen recursos suficientes para evaluar a cada paciente a menos que haya síntomas específicos.
Otros investigadores chinos están abordando el conocimiento médico general. iFlytek y la Universidad de Tsinghua crearon un sistema de inteligencia artificial que obtuvo una puntuación más alta que el 96 % de los concursantes humanos en el examen para la licencia médica china del año pasado. La dificultad de crear un sistema como este no consiste en enseñarle la enorme cantidad de conocimiento médico que existe sino en que sean capaces de comprender las conexiones entre los diferentes hechos y usar estos hallazgos para razonar y tomar decisiones.
En esencia, se trata de un sistema de procesamiento de lenguaje natural particularmente hábil para abordar preguntas médicas. Pero su forma de descubrir la respuesta correcta a una pregunta de opción múltiple es completamente diferente de que emplea un humano. El algoritmo busca la evidencia necesaria para responder una pregunta en particular calculando similitudes estadísticas entre palabras representadas matemáticamente.
Un análisis detallado de los resultados del examen muestra que las máquinas no pueden competir con los humanos, por el sentido común y la ética. El algoritmo obtuvo una calificación inferior a la media nacional en la sección que evalúa la capacidad para ejercer juicio en situaciones estresantes, como las disputas familiares.
El profesor asociado de la Universidad de Tsinghua Ji Wu, que dirigió el proyecto, está explorando formas para utilizar este algoritmo para uso clínico, pero admite que no va a ser tan fácil como instalar este software en el ordenador de todos los médicos. Sin embargo, los médicos que ya usan las nuevas herramientas pueden encontrarlas de gran ayuda. En el hospital de Chongchong Wu en Pekín, por ejemplo, el departamento de pacientes ambulatorios atiende a unas 10.000 personas cada día. Este númeroimpide que Wu tenga tiempo suficiente para leer cada imagen con el cuidado que a ella le gustaría, así que considera que el programa de procesamiento de escaneo, «puede aliviar su carga».
Fuente: technologyreview.es