Un nuevo prototipo utiliza las cadenas de bloques para mejorar máquinas y procesos de fabricación. Esta tecnología podría agilizar procedimientos y trámites administrativos, abaratar costes y proteger mejor la información.
Como ocurre con casi todas las industrias que supuestamente están listas para que el blockchain las revolucione, uno de los sectores manufactureros que hace uso de esta tecnología tiene una visión vertiginosa para ella: máquinas cuyas métricas de rendimiento nunca se pongan en entredicho, que estén conectadas entre sí y que quizás compartan o intercambien nuevas especificaciones de diseño entre ellas. Estos enjambres podrían distribuirse por fábricas de todo el mundo, produciendo productos nuevos que estén mejorándose constantemente, sin que apenas sea necesario que haya ningún humano a la vista.
En un laboratorio de investigación en la Universidad Estatal de Carolina del Norte (EE. UU.), ese futuro acaba de dar un pequeño paso para convertirse en realidad.
Usando una versión de la cadena de bloques con permiso de Ethereum, los investigadores conectaron una máquina de control numérico computarizado (CNC, por sus siglas en inglés), un equipo versátil que procesa partes en las fábricas, a una pequeña red de blockchain. Luego, demostraron que los contratos inteligentes podían usarse para programar esa máquina, y así conseguir que automáticamente grabara datos sobre sí misma y los compartiera con la cadena de bloques. En este caso, eso serviría para verificar que la máquina había estado funcionando continuamente durante ocho horas.
Aunque es un prototipo simple, el director del estudio, Binil Starly, afirma que ayudó a responder una gran pregunta: ¿cómo se puede obtener una máquina que registre datos en un libro de contabilidad compartido?
Puede que se pregunte por qué se querría hacer eso. Imagine que una pequeña empresa de biotecnología en Boston (EE. UU.) tiene un diseño novedoso para un dispositivo bioelectrónico que necesita fabricar,y la mejor opción la encuentra en un fabricante pequeño en la zona rural de Carolina del Norte. Los fabricantes de dispositivos médicos deben cumplir estrictos requisitos normativos, que a menudo incluyen certificaciones extensas y específicas, indica Starly. Por lo general, el diseñador del dispositivo tiene que pasar por un proceso costoso para verificar que el fabricante con el que trabaja cumple con todos los requisitos, mientras que el fabricante está sujeto a un conjunto de verificaciones de cumplimiento igualmente laboriosas. Además, si el diseño del producto se cambia más adelante, todos tienen que repetir este proceso. Esto es lo que se ha llamado el “impuesto de confianza” de fabricación.
Un libro mayor criptográfico compartido (es decir, una cadena de bloques), podría reducir el impuesto de confianza, haciendo que la información crucial (como las certificaciones para las máquinas) sea más accesible y transparente, explica el investigador. Eso también haría que la start-up de Boston pudiera encontrar más fácilmente a su fabricante ideal. Los contratos inteligentes también podrían entrar en juego para mostrar las capacidades de una máquina determinada al resto de la red y para limitar las condiciones bajo las cuales requerirá un trabajo, entre otras ideas. Las máquinas incluso podrían usar el libro de contabilidad para ayudar a coordinar actividades con otras máquinas en diferentes instalaciones.
Starly reconoce que hay mucho trabajo por hacer. Por ejemplo, asegurarse de que no haya manera de falsificar los datos de una máquina. Luego está el asunto de cómo incentivar la participación en una red descentralizada (Bitcoin y Ethereum lo resuelven ofreciendo una recompensa monetaria por mantener el libro mayor). Eso requerirá determinar exactamente qué datos están realmente dispuestos a compartir las empresas y con quién, un desafío que podría ser más complicado que cualquier otro obstáculo técnico.
Fuente: technologyreview.es