Icono del sitio INVDES

Un año después del trasplante se confirma el éxito del almacenamiento de hígado

Un año después del trasplante se confirma el éxito del almacenamiento de hígado

La técnica permite que los hígados donados se guarden durante varios días, mucho más tiempo de lo que es posible actualmente, e incluso que puedan recibir algún tratamiento si están dañados

Según el estudio publicado en Nature Biotechnology, un año después del trasplante la persona que recibió un hígado donado que se había almacenado durante tres días en un nuevo tipo de máquina que imita el cuerpo humano, sigue sana. La tecnología podría aumentar significativamente la cantidad de hígados aptos para el trasplante, afirman los autores. La razón es que permite que los hígados de los donantes se conserven durante más tiempo de lo que ahora es posible, además de poder reparar órganos disponibles que están demasiado dañados para el trasplante.

El equipo del Hospital Universitario de Zúrich (Suiza), dirigido por Pierre-Alain Clavien, profesor del Departamento de Cirugía, almacenó el hígado en una máquina que recrea algunas de las condiciones del cuerpo humano: niveles similares de presión y temperatura de 37°C. La máquina eliminó el líquido que quedaba dentro del hígado y monitoreó la producción de bilis y proteínas. También le suministró antibióticos y un fármaco antimicótico para tratar una infección que normalmente habría significado que el órgano no se podría usar para la donación.

El hígado donado, que pertenecía a una mujer de 29 años, había sido rechazado por todos los demás centros de trasplante porque tenía una lesión. Habría hecho falta 24 horas para examinar esa lesión y determinar si era benigna, un tiempo superior máximo que puede pasar entre donación y trasplante. La técnica descrita en el estudio les dio a los médicos tiempo para una biopsia y un tratamiento exitoso de la lesión. Este método podría permitir a los médicos trasplantar otros hígados con problemas similares, lo que salvaría más vidas.

En EE UU, el 70% de los hígados de donantes no se utilizan. «No sé si podremos rescatar ese 70%”, admite Clavien. “Pero es emocionante tratar de rescatar órganos que no se usan o que tienen problemas pero que se podrían usar. Este hígado fue totalmente asombroso”.

Los hígados extraídos de donantes se suelen almacenar en hielo durante un máximo de 12 horas para evitar que las células se dañen por el frío, lo que disminuiría las posibilidades de un trasplante exitoso. Este pequeño margen de tiempo dificulta la compatibilidad de los órganos con las personas que necesitan un hígado de donante, lo que significa que muchos pacientes se mueren antes de conseguir un órgano nuevo.

Aunque se requiere más investigación, el equipo cree que la nueva técnica podría permitir que los hígados donados se almacenen de manera segura hasta 12 días antes del trasplante. Si funciona, también podría elevar la probabilidad de tratar hígados de donantes con medicamentos antes de la cirugía.

El hombre receptor de 62 años tenía varias afecciones hepáticas graves, como cirrosis avanzada e hipertensión portal grave, el aumento de la presión arterial en un vaso sanguíneo principal que transporta sangre desde el intestino y el bazo hasta el hígado.

Después del trasplante, el hígado empezó a funcionar normalmente en tres días. El paciente tomó inmunosupresores para evitar el riesgo de infección postoperatoria y fue dado de alta del hospital 12 días después de la operación. En la revisión que tuvo un año después de la cirugía no se encontró ningún signo de daño hepático, lesión ni rechazo.

La demanda de trasplantes de hígado está creciendo y un mayor número de personas se mueren a causa de las enfermedades de hígado, pero la cantidad de órganos disponibles sigue siendo baja. Actualmente hay más de 11.000 personas en EE UU esperando un trasplante de hígado, según el Departamento de Sanidad y Servicios Sociales de EE UU y los tiempos de espera varían muchísimo en todo el país.

“Creo que podríamos decir que esto va a revolucionar la forma en la que tratamos los trastornos hepáticos”, concluye Clavien. “La prueba es el paciente, que está aquí y sabemos en qué estado estaban”.

Fuente: technologyreview.es

Salir de la versión móvil