Una compleja intervención de microcirujía ha permitido a un hombre que perdió el pulgar de su mano izquierda recuperar la funcionalidad mediante el trasplante del dedo gordo de su propio pie.
El cirujano Francisco del Piñal, especialista de la mano y de la muñeca, realizó la intervención el pasado 17 de noviembre en el Hospital de la Luz de Madrid. Según ha explicado a EFE, la operación se prolongó durante 12 horas y contó con la participación de un equipo de cinco profesionales compuesto por cirujanos plásticos y traumatólogos.
Alfonso Mayo, un marino de 48 años, perdió el pulgar de su mano izquierda el pasado 5 de enero, cuando se encontraba reparando una avería en medio del Atlántico, entre Angola y Brasil. Además de la mutilación del dedo, sufrió la amputación de parte de la mano hasta la muñeca y graves lesiones en la cabeza que le produjeron daños faciales.
«Una vida sin limitaciones»
«Nadie sabe la limitación que supone no tener un pulgar hasta que lo sufre», ha explicado Mayo al recordar cómo la ausencia del dedo le ha impedido llevar una vida activa, trabajar, ir en bici o acciones tan sencillas como atarse los zapatos.
«Ahora me veo con la posibilidad de tener una vida sin limitaciones. Me alegro mucho de ver la mano. Una mano formada, consolidada. Tenía una mano catastrófica», ha añadido.
El doctor Piñal ha detallado que la operación ha supuesto una «excepcionalidad debido a la complejidad y la extensión que revestían la gravedad de las heridas», aunque «es la experiencia lo que te permite afrontarla».
Durante su trayectoria profesional, este cirujano ha realizado unas 500 intervenciones de pie a mano, y de ellas «solo han fracasado tres, por lo cual hay muy pocas posibilidades de que falle una operación de este tipo», subraya.
Injerto del dedo gordo del pie
La operación se ha llevado a cabo mediante el injerto del dedo gordo del pie del paciente a su mano; mientras que en el pie se ha desplazado el segundo dedo hacia la posición del trasplantado.
«En muchos casos, el dedo gordo del pie es mucho más grande que un pulgar. Tenemos recursos quirúrgicos para que, en la misma operación, podamos hacer modificaciones como quitar hueso o piel», ha precisado este especialista.
Una semana después de la operación, el paciente puede mover la mano y caminar, aunque el cirujano ha explicado que necesitará unas cuatro semanas de recuperación y tendrá que realizar ejercicios de rehabilitación.
En cuatro o cinco meses, según su pronóstico, comenzará a recuperar sensibilidad en el pulgar.
«Lo que más tiempo llevará es alcanzar la sensibilidad, ya que los nervios tienen que avanzar a minuto por día», ha dicho el doctor.
A pesar del tiempo transcurrido entre la pérdida del dedo y la operación, el doctor estima que los resultados serán positivos.
Fuente: EFE